Llegué a mi casa arrastrándome por el camino.
No me podía creer que ya era verano.
Por una parte estaba contenta. Dos meses sin ver a las putas.
Pero solo habían pasado cinco minutos y ya echaba demenos a Charles.
Dos meses sin verlo a él también... Joder. Iba a ser una verano difícil.
Aunque todavía no sabía lo que era Charles para mí.
Era mi amigo si, pero ¿no era algo más?
Yo no me quería hacer ilusiones tontamente, pero a veces tenía la sensación de que yo le gustaba.
¿A mi me gustaba él? No lo sabía. Era difícil. No sabía que clase de amor sentía por él.
Era muy guapo. Yo sabía que muchas chicas estaban coladitas por él. ¿Por qué se fijaría un chico como él, en una chica como yo?
¿Qué veía él en mí?
Tenía doce años, era una mocosa sin idea de nada. Y Charles era... Único.
-Angie coge el teléfono, es Grace.
-¡Hola Grace!-dije cogiendo el teléfono.
-Hola fea, ¡ya es verano!
-Si ya lo se.
-¡Dos meses sin deberes!
-Si.
-¡Dos meses sin estudiar!
-Si.
-¡Dos meses y estaremos en la ESO!
-Si.
-¿Qué coño te pasa Angie?
-Dos meses sin Charles.
-Oh, ya entiendo. Te as enamorado del pijo.
-No, no me he enamorado. Y no es pijo.
-Si, si es pijo. Y si no te has enamorado, ¿por qué estás así?
-Porque lo echo demenos.
-¡Te has enamorado!
-¡Qué no joder!
-Bueno vale simpática. ¿Quieres quedar hoy y así olvidas a tu príncipe?
-Vale, y no es mi príncipe.
-Lo que tú digas idiota.-se rindió Grace.-¿Quedamos a las seis?
-¿Dónde?
-En frente de la fábrica de ropa.
-Vale, no llegues tarde Grace.
-¿Yo? ¿Tarde? Tarde es mi segundo nombre.
-¿No me digas?
-Si, te dijo, venga fea tengo que comer.-dijo Grace.-Hasta luego.
-Chao.
Colgué el teléfono, me lavé las manos y me fui a comer.
-¿Qué tal el último día, Angie?-me preguntó mi madre.
-Bien, mamá.
-¿Queréis que mañana vengan las primas a comer?-dijo mi madre.
-¡Si!-exclamó mi hermana pequeña.
-¿Y tú, Angie?
-Me da igual.
-¿Qué te pasa cariño?-dijo mi madre, preocupada.-Deberías estar contenta.
-Nada.
-¿Y esa cara a que viene?
