Las campanas anunciaban el fin de la jornada en la ciudad de Venecia haciendo despegar las pequeñas aves en la plaza de San Polo.
Erik miraba atento desde lo alto de la atalaya que daba lugar a la Basílica San Giaccomo di Rialto. Tenía una vista completa del ajetreo de la vida veneciana.
Suspiró en el silencio que le proporcionaba el estar a una gran altura, sintiendo el viento colarse por su capucha blanca.
Los recientes acontecimientos habían hecho de la mente del asesino una maraña de preguntas. La plática con el joven templario lo había descolocado en cierta medida ¿Un templario cooperando con un asesino? Y a partir de aquella interrogante todo se volvía más confuso. La sonrisa arrogante de Xavier no escapaba de su mente, odiándolo aún más por ello pero al mismo tiempo, una pequeña parte de él ansiaba creerle, confiar en él. ¿Confiar en un templario? Pertenecer al Credo de los Asesinos significa la lucha por el libre pensamiento, acabando con el poder que los templarios intentan imponer. Erik siempre ha mirado a los templarios como sus claros enemigos pero ahora este joven lo hace tambalear, inquietándolo. Quizá merece la pena indagar un poco más acerca de sus palabras y su supuesto objetivo. Aún recuerda sus palabras "Porque quiero ayudar a liberar a las personas del poder de los Templarios".---
Hace días que había dejado el taller del artista pero tenía algo muy claro. Él iba a regresar. Lo supo antes incluso de despedirse de Leonardo. Si él podía ayudarlo a descubrir aquel secreto que juntaban los códices que Ezio le había ordenado encontrar, sin explicación alguna, entonces lo haría. ¿De que otra manera podría saber lo que ocultaba? Sabía que preguntarle a Ezio sería inútil, y mientras aquellos pergaminos seguían en sus manos no perdería la oportunidad de saber el secreto que guardaban y conocer porque no solo Ezio, sino también los templarios mostraban interés en ello.
Caminaba a paso lento por el mercado entre griteríos de comerciantes y heraldos que proclamaban la llegada al puerto de nuevos y frescos productos desde Roma. Escuchaba distraído al hombre cuando un ligero empujón lo hizo voltear. Una chica rubia le sonreía mientras agitaba una bolsa llena de dinero para luego desaparecer escalando por el muro. Raven le había robado.
Gruño en molestia y empezó a correr, se impulsó con agilidad en la caja de madera de peral para tomar las vigas del muro y subir hasta el techo. Aquella técnica de escalar había sido gracias a Raven, ella lo había instruido después de que el asesino la vio subir un muro sin muchos lugares por los que sostenerse. Era ágil y certera en movimientos.
Raven se encontraba a menos de 50 metros de distancia. La chica era un haz en la escaldada pero sus habilidades eran escasas cuando se trataba de huir. No le tomó mucho tiempo alcanzarla.
-Pensar antes de actuar no va contigo.- Dijo la joven haciendo un movimiento de péndulo con su mano y su bolsa de dinero cuando Erik se impuso ante ella.
Erik la tomó y se la guardó de nuevo en su cinturón de cuero. Camina sin hablar. Están solo a tres cuadras de distancia del Gremio de ladrones.
-¿Que es esto?- El sonido de una hoja contra el viento se pronuncia.
Erik voltea y mira una página del códice en la mano de la rubia.
El se acerca y arranca la página de sus manos con brusquedad.
- ¿Me contarás o tendré que sacártelo?-
Sabe que Raven no parara de inundarlo en preguntas pero no es una opción contarle la verdad.
-Ezio me ha estado engañando. Nunca fue de su verdadero interés buscar al culpable de la muerte de mis padres.-
Raven se cruza de brazos.
-Estoy totalmente convencida de que estás equivocado.-
-Son años Raven, años que lo he obedecido esperando que me ayude... y no he logrado nada.-
-Justo igual que él, Erik. Él también busca su venganza por su familia.-
-Lo sé.- Toma aire.- Pero él está luchando por ello y a mí no me deja intervenir. Quiero ser parte de esto, quiero ser yo quien busque a esos imbéciles que se atrevieron a matar a mis padres.- Sus manos forman puños mostrando su ira.
Raven suspira y se acerca a palmear el hombro del asesino.
-¿Y que te detiene?-
Erik bufa.- Creí que seguirías del lado de Ezio... como siempre.-
-Lo hago, tú también lo estás pero algo me dice que has encontrado algo que ha hecho que cambies de opinión... Y que no importa lo que diga. Lo harás.-
Erik sonríe de lado dándole la razón a Raven.
-No dejes de confiar en Ezio, Erik.-
El asesino asiente. Nunca podría hacerlo, lo único que buscaba era encontrar respuestas.
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Assassin's Creed: Cherik
FanfictionSon muchas preguntas pero una sola respuesta es la que le dan a Erik Lehnsherr. "Tienes información valiosa para nosotros." Todo lo que puede hacer es obedecer. Cuando todo ya parece irreal despierta en una época diferente. Ahora viaja en las memor...