Capitulo 8: Sabotajes y espionaje

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Capítulo 8: Sabotajes y espionaje.

El cuerpo de Rico no podía soportar aquella picazón.

— ¿Qué sucede, Kowalski? —preguntó Skipper tragando un poco de orgullo al dirigirse al teniente.

El científico fue hacia su laboratorio para ir por unos lentes verdes que ayudaban a ver con más nitidez cualquier cosa diminuta o microscópica—. ¡Es una mezcla polvorienta de cythilicus proveniente de los bulbos de los pétalos de una rosa y polvo molido de semilla de Arce! — exclamó paranoico como de costumbre.

— ¡En Español! —replicó el pingüino plano.

— ¡Es polvo pica pica! —gritó mientras se escondía en su laboratorio. Cabo también comenzó a rascarse

—Ahora que lo mencionan, a mí también me pica—comentó con su tono yucateco.

— ¡No te rasques, Cabo! —avisó Kowalski desde el laboratorio—, entre más te rasques más picazón tendrás.

—Owww— se lamentaba el pequeño, tratando de que sus aletas no ahuyentaran su escozor—. ¡Esto es irritante!

— ¡esa cosa se expande, Kowalski, ábreme la puerta! — pedía el líder mientras golpeaba la puerta que daba al laboratorio.

El genio no daba acceso y Skipper ya comenzaba a tener un poco de picazón, para Cabo ya era demasiado tarde puesto que se había estado rascando desde hace algunos minutos. Rico estaba realmente alterado y aunado a su poca paciencia, el pica pica había sido peor que cualquier explosivo para él.

De pronto el genio salió con una bolsa, detrás de él también traía una aspiradora. La aspiradora lo prendió al dar su primer paso dentro de la habitación, posteriormente lanzó una especie de bombas a los pies de cada uno de los pingüinos los cuales desprendía talco.

El pingüino alto con un pequeño cepillo, limpiaba el talco que Rico llevaba encima para así quitarle el polvo pica pica que hubiese quedado atrapado en la piel y pelaje de su compañero, después a Cabo y finalmente a Skipper mientras que la aspiradora absorbía todo el polvo del ambiente.

Tiempo después, los cuatro pingüinos tuvieron que darse un buen baño y colocarse un poco de crema para la irritación.

— ¡Kowalski, eres un genio, todo lo conviertes en un invento productivo para salvar u animar el día! — Cabo sonreía de oreja a oreja a su hermano, el aludido ya estando acostumbrado a su grandeza y a los cumplidos del pequeño.

—Sí, Kowalski es genial, más no pierdan la cabeza señores, en primer lugar ¿qué hacia esa cosa dentro del cuartel general y por qué? O mejor aún ¿Quién lo puso?

—Vamos Skipper, es hora de cenar, ¿por qué no nos preparas de tu sorpresa de pescado?- pidió con una mirada tierna a lo que Skipper accedió de mala gana para dirigirse a la cocina.

—¡ñooooo! ¿Por qué? — zangoloteó Rico a Cabo, limitándose a querer golpearlo.

—Sabes que la sorpresa de Pescado de Skipper es horrible ¿por qué lo has pedido? —lamentó el genio.

—Para apaciguar las cosas, tener un buen momento como familia y hacerle olvidar sobre su teoría ¿O acaso ustedes creen que hay un traidor?

El mas traidor se lo lleva todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora