Capitulo 17: Fase tres de la venganza

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Capítulo 17: Fase tres de la venganza.

El delfín miraba las escenas una y otra vez, se jactaba de felicidad. Casi podía saborear su victoria, con los pingüinos muertos ya nada se interpondría en su camino. Estaba listo para continuar su plan y destruir al mundo.

— ¿Qué haré con el pingüino menor? ¿Debería matarlo ahora que ya no requiero de sus servicios? — lo pensó un poco—. Quizás aún pueda divertirme con él, tortúralo.

Las horas transcurrieron lentamente en el cuartel del delfín, al principio perdió la noción del tiempo al celebrar internamente su cuasi victoria, pero después se preocupó por sus trabajadores ¿por qué no regresaban?

—Perdón por la demora — se disculpó Parker—. El pequeño traidor quiso escapar tras la muerte de sus hermanos, fue difícil encontrarlo pero pudimos traerlo de vuelta.

Manfredi y Johnson sujetaban al pingüino más joven, se acercaron al delfín para arrodillar a Cabo frente al jefe.

—Vamos amigos — Espiráculo se divertía—, no traten mal a nuestro pequeño asesino serial, apuesto que le fue muy difícil matar a sus hermanos. Fue lo correcto joven Cabo. Les otorgaste una muerte menos dolorosa, evitaste que sufrieran con las toxinas que tenían en el cuerpo.

—No tuve opción— respondió el pequeño— mi nombre ya no será Cabo. Ese estúpido pingüino murió junto a sus hermanos, ahora llámame señor Smoking.

—Aclaremos una cosa pequeño traidor, yo mando aquí, y te llamaré como quiera. Sin embargo… respetare tu decisión, y tu nombre de ahora en adelante será Sr. Traidor ¿acaso no es un nombre interesante?

—Tu inteligencia me asombra— respondió con sarcasmo. El delfín lo fulminó con la mirada y lo abofeteó en respuesta —. ¿Crees que podrás intimidarme? Ya no tengo nada que perder Francis.

El delfín odiaba que lo llamaran por ese nombre, entendía el dolor por la que el joven pasaba mas no toleraría tanta rebeldía.

—Tienes razón, ya no vales nada. Ya no te necesito, podría matarte cuando yo quisiera pero no seré tan piadoso. Veras lo que tus hermanos ya no pudieron ver, y cuando te des cuenta del caos que he causado, cuando veas mi triunfo y mi reinado, hasta entonces, me desharé de ti.

El delfín llamó a sus langostas y dio un par de indicaciones. Las langostas que poseían lentes se fueron hasta las computadoras para ingresar algunos códigos. Una enorme pantalla bajaba del techo, mostrando el parque urbano más famoso de toda Manhattan, Nueva York.

— ¿Qué ves Sr. Traidor? — Espiráculo preguntó.

Parker, Manfredi y Johnson tragaban saliva con pesadez. Sabían que su jefe iniciaría con la tercera fase de su plan.

— El parque de Central Park, los humanos realizan sus actividades diarias, los padres van con sus hijos a disfrutar de un día soleado, otros a visitar el zoológico. Se puede observar la calle llena de tráfico, los humanos caminando, las tiendas llenas de compradores. Eso es lo que veo.

— ¿Te gusta el estilo de vida que tienen los humanos?

—Son una especie muy compleja — el chico no entendía a donde se dirigía todo esto.

Espiráculo volvió hacer señales que solo las langostas entendieron, en la pantalla se observaba que en el cielo, había unos pequeños satélites artificiales que navegaban por encima de la ciudad. Por alguna razón el cielo oscureció con nubes cubriendo todo el parque. Los humanos sorprendidos, miraban hacia el cielo.

— ¿Para qué son esos pequeños satélites artificiales? ¿De dónde han salido?

—Mis trabajadores lo construyeron hace tiempo, esos pequeños satélites pueden modificar el comportamiento humano.

El mas traidor se lo lleva todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora