Capitulo 6: Entrenamiento básico

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Capitulo 6: Entrenamiento básico.

— ¡Buenos días, señoritas! — gritó Skipper con un megáfono, despertando a los otros tres pingüinos. Rico quien estaba hasta arriba cayó de la cama fuertemente.

— ¿Qué sucede, Skipper? — el pequeño se preocupó por su líder—. ¿Está todo bien? —preguntó con dulzura.

— ¿Lo está? — Confundió el líder a los demás—. Tenemos cosas que hacer ¿y ustedes se duermen? ¿Qué clase de soldados son? —indignado.

—Dijiste que solito se darían las cosas, que los villanos nos ayudarían—respondió el listo.

—Echo es cierto—secundo Rico.

—Si. Eso dije ¿y van a esperar a que nos den un golpe en el trasero? — reprochó el Capitán—. ¡Debemos estar un paso adelante! Como en un juego de ajedrez, pensar y revisar las diversas opciones y posibilidades de cómo ganar el juego conservando nuestros elementos.

— ¿Y qué propones? — Preguntó Kowalski—. ¿Qué entrenemos arduamente para el próximo ataque?

—Me gusta tu iniciativa— aplaudió el líder, mientras el científico se lamentaba haber hablado—. Afuera hay montones de ninjas que esperan recibir unos golpes, quien derribe a más ninjas gana.

Los menores salieron rápidamente de su cuartel, los ninjas eran pinos de boliche vestidos de ninja, Rico sacó de su estómago mucha dinamita, hacia explotar cada uno de los pinos haciéndolos añicos. Kowalski por su parte, sentía que era hora de utilizar su nuevo rayo congelador que había inventado, congelaba el pino, daba un giro, pateaba con fuerza y los pinos caían al suelo rompiéndose en pedazos.

Cabo, no tenía ningún arma especial, como acaba de levantarse aún mantenía en su pecho su peluche favorito, un pequeño lunacornio rosado. Con su juguete derribo un primer pino mandándolo al agua, al darse cuenta que le funcionaba, decidió realizar la misma operación con todos los demás ninjas que tenía al frente.

Skipper hacia sus anotaciones, escribía ideas, observaciones y un conteo de cuantos caídos había por elemento. El ganador fue Rico.

—Muy bien hecho. Si hubiera un ataque de ninjas ganaríamos el tiempo record ¡EN MORIR MAS RAPIDO! —lanzó el líder su libreta al suelo, con violencia. Los soldados hicieron un buen trabajo pero eso no era suficiente para él, necesitaba más de sus soldados, el doscientos por ciento de sus capacidades, si era posible.

— ¡Kowalski! — llamó Skipper a su teniente—. ¿Qué pasaría si por casualidad no llevaras tu rayo congelador contigo? ¿Eh? —manoteaba con furor—. Necesitó que no te fíes de tus armas. Mantén la idea de que no siempre tendrás con que derribar a tu oponente y tendrás que hacerlo con tus propias manos. Si no, pregúntale a Manfredi y a Johnson cual fue su final por no tener con que atacar a esas pirañas asesinas.

El teniente trago saliva con pesadez, mientras trataba de no mirar a su capitán a los ojos, cuando Skipper entrenaba con paranoia podía ser muy rudo.

—¡Rico! — se dirigió esta vez a su segundo soldado—. ¿Y si hubiera gas en la misma habitación del enfrentamiento? ¿Con que atacarías a tu oponente? ¿Estarías dispuesto a hacer explotar toda la habitación contigo adentro? – razonaba el pingüino de cara plana imaginándose el peor de los escenarios.

El mas traidor se lo lleva todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora