Capítulo N°4: "Afecto"

2.2K 138 98
                                    

En la noche, Sylvie seguía levantándose de su cama por las pesadillas que tenía. Causaban que su cuerpo por si mismo se levantará del dolor emocional, recordando como varios sujetos sostenían su cuerpo y se divertían con ella mientras comenzaban a vertir cierto líquido en cada parte de su piel. Manos, vientre, piernas, rostro y más extremidades eran quemadas, tanto que el dolor volverían loco al más fuerte del mundo. Las risas le causaban pavor y sus oídos ayudaban haciendo eco en su pobre mente.

(???)
--Supongo que todavía podemos divertirnos un poco más. ¡Hahaha! Después de todo fue una falta de obediencia lo que hiciste. Recuerda que siempre, y no importa donde estés, siempre serás una esclava inútil que pronto acabará muerta por la mano del dueño.-- Decía mientras Sylvie sentía como alguien pisaba su cabeza. Tan fuerte que el dolor era insoportable.

 Tan fuerte que el dolor era insoportable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Sylvie)
"Por favor... ya... ya déjeme en paz. ¡¡Por favor!!" Rápido se volvía a despertar con una respiración acelerada, temblando de miedo mientras tocaba su cabeza imaginando aquel pisotón.

Al final solo era una de las miles de pesadillas que Sylvie tuvo en su vida. Despertandose a todo momento para pensar que todo era un sueño. Aunque ese dolor del pasado, aún seguía marcado adentro de su corazón para recordarle que siempre sería una esclava.

Se levantó de su cama, rumbo al baño para limpiar su rostro e imaginar que esas pesadillas jamás volvían. Como Shun le había dicho, el cuarto de baño estaba en frente de su habitación. Prendió las luces y antes de mojar su cara se fijó en el espejo que tenía en frente. Tocaba las cicatrices de su rostro e imaginaba lo mal que se veían, pensando de paso que a Shun también le molestarían aquellas marcas. Al instante había recordado las palabras del doctor, el de que jamás le haría daño. ¿Podría confiar en lo que dijo? O quizás sólo serían palabras con mentiras de fondo. Ese era el pensamiento de Sylvie al ser acogida en un nuevo hogar, temiendo al mismo tiempo por su seguridad. Ella no quería volver a ser lastimada, tal y como sus cicatrices lo demostraban. Al final, prometió hacer el intentó de confiar en su nuevo dueño. Las luces se apagaron y Sylvie regresó a su cama para intentar dormir, aunque sus sueños le provocaban escalofríos.

(Sylvie)
"Quiero... Quiero desaparecer para siempre. Todos serían felices... Si yo... estuviera muerta..." Una pequeña lágrima caía mientras dormía.

A la mañana siguiente, Sylvie se había levantado, aún con algo de sueño, debido a que un aroma entraba a su habitación. Dedujo que ese olor era muy agradable, como si al aspirar, todo su cuerpo se llenaría con calidez de un rayo de luz. Antes de salir tendía su cama porque pensaba que sería regañada por Shun si no acomodaba todo. Dio un último vistazo y lentamente se dirigía hacia la planta baja, en donde perseguía aquel aroma tan agradable. Terminó por llegar a la cocina, en donde nuestro querido doctor preparaba el desayuno, poniendo un par de platos de comida en la mesa.

(Shun)
--Ah, Sylvie buenos días. Justo estaba por... ir arriba para decirte que... el desayuno estaba listo... ¡Siéntate! Sólo terminó de preparar algo de té jaja...-- Decía mientras se ponía muy nervioso ya que no imaginaba despertar con una chica viviendo en su hogar.

Un Corazón GenerosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora