Capítulo N°46: "Viaje"

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Mientras los cinco viajaban hacia una casa vacacional para relajarse y disfrutar de unos días de descanso, en el pueblo de Akimiya se seguían revelando casos de personas desaparecidas y la policía trabajaba mucho en descubrir en donde podrían estar el paradero de los secuestrados. Al parecer, los criminales no eran de elegir y se llevaban tanto a mujeres como hombres, ya sean menores o mayores de edad. Los periódicos explotaban esta noticia para advertir a los pueblerinos y obligarlos a que se sitúen en sus respectivos hogares en la noche, ya que generalmente esa era la hora en donde ocurrían los secuestros.

Durante su viaje, Aurelia observaba el hermoso paisaje a través de una ventana que estaba cerca de la puerta de subida. No podía moverse libremente para buscar al resto de sus amigos porque el tren carecía de espacio libre por la gran cantidad de pasajeros. "Ahhh... Ojalá pronto lleguemos. Siento como si poco a poco el aire comienza a desvanecerse aquí adentro. Supongo que el doctor también estará incómodo jaja." El ambiente se ponía cada vez más y más tenso, como si algo sumamente inesperado sucediese y la oscuridad invadía todo el vehículo. La mujer no presentía nada debido a su concentración en los bellos bosques por donde el tren pasaba y de repente sintió a alguien abrazandola al rededor de su cintura, impidiendo que pudiera utilizar sus brazos para zafarse. Entre rápidamente en pánico y quiso intentar moverse pero su acompañante era demasiado fuerte, a tal punto de querer gritar y al abrir la boca rápido una palma se la cubrió, impidiendole hablar o murmurar siquiera. "¿Q-Qué esta sucediendo...? Por favor... que alguien me ayude... por favor. ¡¿Eh...?!" De repente sentía como unos labios se dirigían a su oído haciendo un leve sonido para que no diga una sola palabra. Todo era confuso y Aurelia no podía voltear para saber quien era esa persona, sólo observaba por la ventana con mucho pánico porque quizás presentía lo que sucedería en ese preciso momento. --Te lo... ruego... No me hagas nada. Por favor... quien quieras que seas... te daré dinero pero por favor... déjame.-- Tal persona anónima quito su mano de los labios de la mujer y luego levantó su dedo índice apuntado a la ventana de la puerta, queriendo decir que sólo se limite a observar los bosques. El tiempo parecía detenerse para ella al sentir como pequeños suspiros en su oreja derecha, ocasionando que se pusiera muy nerviosa y a la vez las vibras recorrían su espalda. Todo iba a empezar sin que nadie se diera cuenta de lo que sucedería.

La persona desconocida comenzó a cubrir los ojos de la mujer con su mano izquierda, dejandola libre para mover sus brazos. Luego con la otra comenzó a bajar directo al centro de su cuello pero no era con intención de estrangularla, sino su tacto fue muy suave y daba pequeñas caricias en la piel de Aurelia mientras ella estaba confundida. "No me... hagas daño... Por favor. Te pido que te retires..." Nadie respondía y las caricias seguían al rededor de su suave garganta mientras apretaba con sus labios el oído de la mujer. Todo parecía indicar que el responsable quería causar en su víctima una especie de excitación. Además, tenía una buena oportunidad debido a que el resto de pasajeros no estaban al tanto de lo que sucedía dentro del tren. Luego de eso, quitó su mano derecha del cuello de Aurelia y comenzó a tocar el centro de sus enormes senos; a la vez tenía la otra mano tapando los ojos de la mujer dejándola sin su visión, quizás para que no viera quien era su atacante. Entre varias caricias, se dispuso a tocar dentro de su camisa hasta llegar al sujetador en donde jugaba moviendolos lentamente. "¡Oye...! ¡No te atreves a...!" Rápido su acompañante la calmo con un pequeño "shh". De repente sintió unos suaves labios en su cuello, como si estuviera besandola apasionadamente y Aurelia comenzó a sentirse más avergonzada a tal punto de poner mejillas rojas. Tal persona desconocida estiró de manera lenta la cabeza de la mujer hasta atrás y, aún impidiendo que viera, junto sus labios con los de ella, introduciendo su lengua de manera brusca y estuvieron varios segundos en esa posición hasta que se separaron. "Es... suficiente. Por favor... ahora déjame en paz. Quita tu mano de ahí..." Decía muy agitada debido al intenso beso y subía su brazo para poder quitar la mano del acompañante de sus ojos pero éste rápido evitó que se moviera, interviniendo con su otra mano. Quiso avanzar un poco más en sus intenciones, empezando por acariciar uno de sus senos con su mano izquierda mientras aún le tapaba los ojos, jugando con ellos como si fueran globos muy suaves. "Debes detenerte... maldito... pervertido. Quita tus manos de mi cuerpo y mi rostro." Terminando de decir esas palabras, su acompañante aumentaba el nivel de caricias hasta producir en Aurelia un fuerte estímulo sexual, haciendo que temblara sin parar.

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