Las horas jamás pasaron tan lentas para el mejor Hitman del mundo como lo estaban haciendo en ese momento.
A penas habían transcurrido dos de las tres horas establecidas y ya se estaba impacientando demasiado al no tener noticias de su estudiante, lo único que lo calmaba un poco era el hecho de que Leon había ido con él por lo cual esperaba que las cosas no se pusieran graves.
- Mas te vale regresa bien Dame-Tsuna - Dijo en tono bajo el ex-arcobaleno viendo el gran cielo que comenzaba a nublarse.
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- Necesitamos algo que nos asegure que el jamás se volverá a hacer algo como lo que hizo - Se oyó la voz grave de Bermuda que no despegaba la mirada del chico que tenía en frente.
- ¿No les basta la palabra del Décimo Vongola? - Pregunto serio Tsuna aun con sus llamas activas.
El silencio que obtuvo de respuesta le dio a entender todo, soltó un pequeño suspiro que solo noto el camaleón que se encontraba en su hombro, no quería usar su último recurso pero al parecer no tenía alternativa, sabía que cuando su tutor y guardianes se enteraran no les gustaría para nada.
- Entonces que tal esto.... -
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Las tres horas habían acabado y toda la décima generación Vongola junto con el décimo Simon que apenas se había logrado escapar de sus demás compañeros, se encontraban en la entrada del instituto esperando al décimo cielo.
- Jajaja, parece que te divertiste hoy Enma - Comento tranquilo Yamamoto, viendo como el uniforme de Enma estaba desarreglado y un poco sucio.
- No me lo recuerdes - Respondió con un aura de tristeza y pesar Enma.
- ¡TE PASARON COSAS EXTREMAS KOZATO! - Grito Ryohei con energía sin entender por completo el tema.
Mientras que los chicos se peleaban como de costumbre a excepción del guardián de la nube y de la guardiana de la niebla, Reborn que apenas iba llegando al lugar tenía la mirada escondida, cosa que notaron los únicos que no estaban peleando.
- ¿Donde esta Boss? - Pregunto Chrome mirando al Hitman.
Esa pregunta ocasiono que todos dejaran se hacer lo que hacían y miraran al ex-arcobaleno, incluso Hibari lo miraba desde lejos.
- Unos profesores querían hablar con el - Respondió Reborn sin levantar la mirada. - Hay que esperarlo pero si no se da prisa ustedes se adelantaran a la mansión - Agrego.
- ¿Dónde está el Décimo? Dígame Reborn-san y yo lo esperare - Dijo Gokudera dando un paso al frente.
- Todos se quedan aquí - Dijo Reborn con una voz que a nadie le quedaron ganas de contradecirlo.
Pasaba los minutos y estos se convirtieron en una hora más, al ver que pasaba el tiempo Reborn ordeno a todos regresar a la mansión, asegurando que él se quedaría a esperar a Dame-Tsuna. Nadie estaba de acuerdo con lo dicho ya que ellos también querían esperar a su cielo y amigo, pero unas cuantas "palabras" de parte de Hitman los hizo entrara a la limusina.
Reborn al ver la limusina alejarse volvió al lugar donde se había separado de su alumno. Decir que se encontraba desesperado era quedarse poco, internamente estaba demasiado preocupado por Tsuna, no tenía noticia alguna de él, nada, ni siquiera una maldita señal y eso no le gustaba para nada al Hitman. No supo cuánto tiempo paso, el cielo estaba tronando señal de que la tormenta empezaría pronto, cuando de repente un portal se abrió delante del ex-arcobaleno del sol.
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¡Que se abra el telón!
FanfictionYa hartos de que Tsuna esconda su verdadera forma de ser, el Noveno junto con Reborn deciden tomar el asunto en sus manos, el resultado: Una lluvia de sorpresas para varia gente y un millón de infartos para el décimo Vongola. Aho...