Capitulo XII

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 Los entrenamientos eran arduos, y ver como todos clavan sus saltos a la perfección ponía nervioso a unos con otros, aunque claro, solo había un idiota de cabello blanco sonriendo por ahí como idiota, confiado, como siempre. mientras el le miraba tomando un poco de agua, sin usar lentes, si no que lentillas, para que sea mas cómodo para el, suspiro incomodo, quería salir de ahí, y oh dios, que Otabek este en un camerino o Guang, cualquiera de los dos servia para descargar un poco su molestia de ese momento. 

y es que su molestia no venia solo porque el peli plateado, Viktor nikiforov sea un idiota feliz, no claro que no, si no que al momento de cruzar caminos, el idiota hablaba por teléfono con la modelo de voz chillona. 

gruño mas para si mismo, dejando de lado su botella, se movió por la pista calentando y realizando saltos por lo mas complicados, aunque sin darse cuenta ya estaba en el suelo con Guang hong ji sobre el, mientras el pobre chico estaba sonrojado con una pequeña magulladura en su rostro y sin saber como disculparse con el mayor. 

Adorable. Para yuuri fue algo divertido, sonrió notando que todos les miraban, y que los orbes azules que tanto amaba le escudriñaba, por lo que una sonrisa de consuelo y coqueta apareció en sus labios mientras con su mano rosaba la herida que el menor se había provocado, mientras el de cabellos mas claros tartamudeaba aun mas avergonzado de lo que ya se encontraba sin saber como reaccionar, quedándose aun en el suelo cuando el de cabellos azabaches se había levantado. Solo reaccionando cuando este le había tendido al mano y levantado para pegarlo a su cuerpo, mientras los demás patinadores chiflaban molestando a ambos, bueno, exceptuando por nikiforov que veía la escena con el seño levemente fruncido. 

Con un susurro ambos asiáticos dejaron la pista y fueron a un camerino. todos sabían que seguramente, Guang terminaría pidiendo clemencia y a la vez mas, o eso fue lo que dijo phichit mientras era golpeado levemente por su novio en el trasero. pero era innegable después de todo. 

–Lo siento mucho, no fue mi intención que sucediera algo así –las palabras que salían de la boca de Guang eran prácticamente susurros mientras que la mano de yuuri curaba la minima herida en el pálido y suave rostro del menor, aunque este, contaba...

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–Lo siento mucho, no fue mi intención que sucediera algo así –las palabras que salían de la boca de Guang eran prácticamente susurros mientras que la mano de yuuri curaba la minima herida en el pálido y suave rostro del menor, aunque este, contaba con el leve sonrojo, causado por las mínimas atenciones del nipon por el chico de cabellos claros. 

–No te preocupes, después de todo, quería tenerte a solas – Guang sabia porque, y también lo quería, y aun así le aterraba un poco, había hablado con aquellos que habían estado bajo el peso de katsuki, y sabia que era algo increíble tal vez, alguien que aparentaba tal inocencia no podía ser como sus amigos decían, ¿no es así?.

pero aun así, sabia que su cuerpo pediría mas y mas, y no podría soportarlo y aun así no seria suficiente del nipon, sabia que gritaría por el, y se sentía ansioso por eso, quería ser tomado por yuuri, su expectativa era notada por el japones rápidamente, mientras que su rostro se acercaba lentamente, para que un leve y sensual rose de labios le dejara con el corazón en la mano, sin alejarse yuuri solo abrió la chamarra del chino mientras pasaba sus manos por la pequeña cintura de este y lo sentaba sobre su regazo, para por fin unía sus labios en un cálido y húmedo beso. 

Angel Bitch. [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora