CAPÍTULO 1

49K 2K 120
                                    

P R Ó X I M A M E N T E



CAPÍTULO I

Callie entornó los ojos fastidiada ante el ruido de la música, la estaba desconcentrando, necesitaba terminar de escribir el capítulo de su novela y justo cuando tenía centenares de ideas tenía que asistir a esa jodida fiesta.
Maldito Keith.
Aunque su hermana también se merecía un poco de mierda.
¿Cómo había sido tan tonta?

Por su novio se metió en un serio problema del cual no podía salir con facilidad lo que la tenía de nervios, su hermana era la persona más importante para ella y por eso odiaba a Keith Piters.
De todas formas no hubiese estado allí de no ser porque le debía un favor a Valentina, le molestaba el tumulto y el ruido. Alzó la vista de su móvil sintiendo una pesada mirada encima y frunció el ceño al no ver a nadie a su alrededor.
Se había apartado lo suficiente de dónde se estaba celebrando la boda sin embargo la música la perseguía.
Volvió a fijar su vista en el teléfono tecleando con rapidez sus ideas hasta que una voz detrás de ella la puso en alerta.
— ¡Valentina...!
Suspiró con cansancio antes de guardar el teléfono y darse la vuelta.
Si bien cuando había llegado había visto a un puñado de hombres cambiaformas ese que estaba junto a su padre le robó el aliento como ningún otro.

¿Acaso podría haber un hombre más perfecto sobre la faz de la tierra?

Su cara seria pero hermosa como la de un ángel, sus labios fruncidos sin embargo apetecibles para cualquier mujer con pulso, un par de musculosos brazos cruzados que la hacían humedecer de solo imaginar tocarlos y sus ojos grises oscuros que la taladraban a distancia la hicieron volverse muda por unos instantes, cosa difícil para ella que la mayoría del tiempo era parlanchina.

Si los ángeles son tan bellos como él no tengo miedo a pecar.

—Valentina, él es...
—135 —Lo cortó él.
OH JO-DER.
Callista casi pudo asegurar que las bragas se le habían humedecido por completo.
Esa voz era tan excitante, él era como un sueño erótico del cual hace mucho tiempo se había olvidado.
Para cuando estuvo a un paso de 135, ella pudo ver lo alto y fuerte que era, entonces deseó estar entre sus brazos imaginando como se sentiría su olor impregnado en el de ella.
¡Qué hombre!
—Yo soy Valentina Kafieri —Sonrió con picardía y le tendió la mano.

Necesitaba su toque más que nada sin embargo él estaba ahí mirando vacilante su mano antes de arquear una ceja pero en unos segundos ya estaban estrechándolas.
Callista miró su mano grande y pensó en todo lo que podía hacer esa mano con ella.
De repente comenzaba a hacer calor, ella lo deseaba, la noche comenzaba a parecer interesante nada de lo que se hubiera imaginado antes.
—Así que ¿Eres un gato o un perro? —Preguntó con voz seductora.
Él soltó su mano y Callista se sintió decepcionada y vacía lejos de él, tanto que no pudo ver cuando su padre la fulminó con la mirada.

Quizás estaba haciendo muy bien el trabajo de suplantar a su hermana porque eso había sonado demasiado a Valentina.
—Felino —gruñó molesto recalcando la palabra.

No era ni un gato ni un perro, su gen implantado había sido el de un tigre de bengala y tanto a él como al resto de los suyos odiaba que le llamaran gato.
Pero a ella no prestó atención a su enfurruñado ceño, simplemente le había encantado su voz que aunque masculina y dura tenía matices suaves y dulces.

—Así que un gatito...
Sin el menor pudor deslizó el dorso de su mano por uno de sus bíceps hasta llegar a su hombro.
Se moría por tocarlo.
Lamentablemente su padre apartó su mano de un tirón y sonrojada alzó la vista al hombre quien la miraba con la mandíbula tensa.

135 (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora