CAPÍTULO 16

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—Maldita sea ¿Estás tentándome bastardo? —dijo en tono peligroso 135—.
Dio un paso amenazador hasta Leo sin embargo Callista se interpuso en su camino.
—Venga ya chicos...
—Mantente alejada cariño, esto se va a poner feo.
Leo soltó una carcajada ante la amenaza mientras que Callista sólo arqueó una ceja al notar el tono condescendiente que había usado con ella sin embargo dio un paso atrás haciéndole caso, había algo oscuro en su voz que ocasionaba que sus nervios salieran a flote por una extraña razón.
Fue así como Leo se lanzó a por 135 pero éste lo esquivó con una facilidad envidiable, aunque esto no detuvo al macho de pelo cobrizo, cuando fue la tercera vez que 135 lo esquivó ya Leo estaba muy cabreado lo que aprovechó sin dudar 135 quien propinó un duro golpe en la mandíbula y luego en el pecho.
—Está jugando con él —aseguró una voz masculina a su lado sobresaltansola—.
Callista se giró a verlo llevándose la sorpresa de que el macho de apenas 17 años era la versión más joven de Leo, contuvo un jadeo y se limitó a mirarlo bien antes de hablar.
— ¿Quién eres y por qué eres la copia de Leo?
El macho se limitó a sonreír con la vista fija en la pelea que se llevaba a cabo frente a ambos no obstante Callista no podía apartar la vista del chico quien en lo único que no se parecía a Leo era en que este no tenía cola.
—He visto a 135 peleando toda mi vida, aunque me apene decirlo sólo está jugando con él, si quisiera podría hacerle mucho daño a Leo —habló él ignorando su pregunta anterior—.
Fue así como Callista volvió su vista a ambos, aunque Leo parecía muy fuerte parecía que 135 realmente estuviera jugando con él a la espera de ver hasta dónde llegaba el macho León.
Ella instintivamente se encogió enseguida al ver los férreos golpes de su esposo contra su contrincante y la agilidad con la que se movía sin mostrar cansancio, casi podía decir que se veía absolutamente caliente.
¿Casi? ¡Es absolutamente caliente y sexy Callista y por si fuera poco ¡Es tuyo! Imaginalo en la cama.
Susurró su subconsciente mientras que ella murmuraba: no lo imagines, no lo imagines.
Pero era tarde para ello, ya lo había hecho y la imagen de su cabeza aseguró que se veía mucho mejor en su cama solitaria que luchando contra Leo.
Oh cariño, imagina ese culo siendo empujado por tus talones mientras él se introduce en ti una y otra vez... mm si maldición ¡Digo, no! ¡No, no, no!
Entonces negó con la cabeza frenética, 135 no era de ella por más que así lo deseara, es más, el muy bastardo la había hecho sufrir lo suficiente y cuando ella tuviera aunque fuese un poco de control sobre él lo usaría para hacerlo pagar.
Sus ojos volvieron al rostro de 135 quien la miraba con una mezcla de curiosidad y deseo que casi la hacen gemir en voz alta. De un momento a otro 135 fue golpeado brutalmente por Leo quien parecía furioso y perdiendo en la pelea.
—¡135! —chilló inevitablemente preocupada dando un paso hasta él siendo detenida por el macho joven a su lado—.
—Calma, está bien sólo a sido un golpe, pero para la próxima vez, no lo distraigas viendo su trasero con anhelo él puede sentir tu deseo por él — dijo con sorna—.
Avergonzada apartó la mirada viendo con se levantaba de nuevo con la vista cargada de una seriedad que prometía mucho contra Leo, las cosas se ponían peores, nunca había visto esa mirada de muerte grabada en su rostro pero le pareció peligrosa y sobretodo, letal. entonces decidió interferir de nuevo.
—135, detente.
Sin embargo los pasos amenazadores hacia leo no se detenían así decidió hacer algo que dejó a los tres machos perplejos, de un salto rodeó con las piernas la cintura y el cuello de 135 aferrandose a su espalda musculosa, para luego besar su mejilla.
El resultado fue mejor de lo que planeaba porque al instante el macho se detuvo como por arte de magia.
— Vamos a casa —ronroneo ella como una gatita en su oído dándose cuenta cuando el vello de su cuello se erizó—.
Se sintió poderosa de aquello aún más cuando 135 asintió y se dio la vuelta con ella aun sobre su espalda con la diferencia que ahora acunaba su trasero con ambas manos.
Callista giró su cabeza encontrandose con la mirada confuza de Leo sobre ellos y aprovechó para guiñarle el ojo para después murmurar un: «nos vemos luego» pero la única contestación que obtuvo no fue de leo sino de 135 quién gruñó en respuesta antes de añadir un:
—Ni siquiera lo pienses.
Callista no podía estar más confundida, ¿Por qué de repente 135 estaba tan enojado con Leo?
No es como qué a él le importara que ella estuviera en peligro estando con los animales salvajes, después de todo llevaba varios días ignorándola.
En silencio llegaron a casa sin embargo él no la soltó, por el contrario no fue hasta que subieron las escaleras y se introdujeron en la habitación cuando rápidamente 135 con un movimiento inesperado giró a Callista llevándola de su espalda a estar atrapada entre sus brazos y la fria pared blanca.
Pecho contra pecho, ojos contra ojos y manos contra manos.
Un torrente se emociones la embargaron acercándose más a ese macho de lo que era prudente, colocó sus manos en el cuello entonces 135 se inclinó olfateando el aroma de su cuello, esta vez pudo sentir su cuerpo tensandose seguido de un gruñido bestial que escapó de sus labios.
—135 —murmuró ella desconcertada—.
Él por otra parte no respondió, comenzó a caminar sosteniendola aún.
Lo siguiente que hizo fue el colmo.
Él había abierto la ducha al dejarla en el mesón del baño, una vez que llegó a ella de nuevo se colocó entre sus piernas, con el ceño fruncido dio un feroz tirón a la camisa que ella llevaba puesta y los botones salieron volando por doquier ocasionando que ella jadeara por la impresión.
—¡¿Pero qué haces?! —chilló histérica Callista—.
Como si nada 135 continuó por quitarle los zapatos, arrancarle el pantalón y romperle las bragas.
la quería, la deseaba y la tendría, no podía permitir que llevara el olor de otro macho y si Leo estaba dudoso de su unión matrimonial él aplacaría sus dudas y las de otros machos, les haría saber que Callista era suya y que nadie que no fuera él la tocaría.
Pronto su ropa también desapareció quedando ambos desnudos, Callista se removió entre sus brazos protestando no obstante 135 entrando a la ducha la aplastó contra la pared y como había deseado desde hacía muchísimo tiempo devoró su boca como si del néctar de la vida se tratara.
Sus manos se cernieron sobre sus duras nalgas acercándola más hacia su eje ocasionando que ella siseara sobre sus labios presa de la pasión.
Pronto ella olvidó su pudor llevando sus manos detrás de su cuello mientras que una de las manos de el jugueteaba con sus senos y la otra indagaba debajo de su vientre, automáticamente se arqueo cuando 135 tocó su clítoris y esto lo animó a seguir tocándola. Contuvo un gemido animal al sentirla tan húmeda y jadeante.
Su boca abandonó la suya para succionar de su pecho sin dejar a un lado las caricias en su centro mojado, luego deslizo lengua por todo su torso hasta llegar al ombligo dónde la introdujo haciendo círculos, pero lo que la vivió loca realmente fue cuando sus labios succionaron el botón de entre sus piernas mientras que uno de sus dedos se aferraba a la estrechez de su cavidad.
-¡Theos! -gimió ella arqueándose a la vez que se aferraba a los oscuros cabellos de su marido-.
Clavó sus uñas en la musculosa espalda de el delirante de placer. A 135 le gustaba verla así, pérdida en la pasión, con los labios hinchados por sus besos y gimiendo por el, allí 135 con los ojos cargados de lujuria y sobre el Mesón del baño la tomó con fuerza y al unísono gimieron, comenzó a embestirla necesitado por hacerla llegar, por sentir su propio orgasmo.
Callista meció sus caderas al ritmo de los empujes de su esposo, se sentía plena, nunca se había sentido de esa forma tan desinhibida, 135 la hacia sentir como nadie, si nunca la hubiera tratado mal hubiese sido el hombre perfecto lamentablemente las cosas no eran así no obstante ¿Qué tenía de malo tener sexo salvaje con tu esposo?
Mucho ya que él no es tu esposo por elección.
¿Pero qué importaba eso cuando hacia el amor tan bien?
De repente él la cargó de las nalgas llevándola hasta la cama dónde para su sorpresa la acostó de espaldas a él.
-¿Qué...?
Entonces fue silenciada por su propio jadeo ya qué 135 le había dado una nalgada pero ella en vez de sentirse furiosa estaba excitada, su vagina dio un tirón al sentir otro golpesito en su trasero.
-Me di cuenta la primera vez que esto te gustaba -ronroneó inclinándose-.
Callista tuvo que morderse él labio al sentir su duro pene cerca de su culo, estaba muy caliente, lo necesitaba una vez más adentro. Fue así como movió él trasero hacia atrás ocasionando que chocara con él pene erecto del macho y pudo oírlo gruñir.
Su gran mano fue a su cintura deteniendo sus movimientos aleatorios y con la otra tomó la base de su miembro entonces comenzó a darle pequeños golpesitos con esté en su sexo resbaladizo, esta vez Callista no frenó su gemido, una vez más trató de moverse pero él agarre de 135 era más fuerte.

—¿Quieres esto, no es cierto agapi

— ¡Sí!

135 no dudó en sonreír.

—Pues esto es lo que tendrás.

Entonces se introdujo una vez más en ella haciendo que mágicamente todo a su alrededor desapareciera.

¡Hola!

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También les quiero pedir que vayan a mi perfil y entren en la historia que se llama Oscura Tentación allí verán cual imagen ganó de las votaciones anteriores además pueden leer el primer capitulo de mi saga y si pueden comenten como les parece ¡Por faaaa!♥

Muchísimas gracias ;)

135 (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora