Episodio 8: ¿Katy?

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¿No es...?No, qué va, eso es imposible.
Ella no está aquí, no, no está aquí y ya está, ella nos dejó hace tiempo...

Tengo que admitir que por el físico podría ser ella, pero no me ha reconocido, es imposible que ella no me recuerde...
Si hubiera sido ella me hubiera reconocido al instante.
¿Y cómo no reconocerme?
He pasado más horas con ella, que con mi madre y mi padre juntos.
En aquel entonces lo era todo para mí.Y la perdí, la perdimos, porque ella era la llama de ilusión que alimentaba nuestras mentes, la que dejaba que su imaginación nos abrazara, la que mantenía viva la casa, pero de pronto se desvaneció.
Era tan dulce, tan amable, humilde, sincera, sencilla, servicial, hermosa...
Pero ya no está.
Tenía un montón de cualidades buenas, pero había una que destacaba sobre todas esas cualidades.
Ella era la mejor hermana que hubiera deseado jamás.

¿Te has caído?Yo te curaré la herida, te coseré el pantalón, te lavaré el cuerpo porque caíste encima de un charco, te lavaré la ropa porque la llevas llena de barro, plancharé otro conjunto para que puedas ponértelo, te ataré los cordones de las botas, te secaré el pelo, te haré un peinado precioso, te llevaré a escuela, te ayudaré a hacer el deber y a estudiar, a todo lo que te haga falta.
Te haré la merienda, no cualquiera, tu merienda preferida, iré a jugar contigo al parque, todo lo que quieras.

Así era mi hermana.

Así es como la perdí, ayudándome a hacer todas esas cosas, que podía haber hecho yo misma.

De repente sentí un enorme tirón en el brazo.
Salí de mis tristes recuerdos sobre mi hermana.
Seguíamos en la playa, hacía unos minutos había dado mi primer beso, y ahora una persona que no conozco me está agarrando del brazo.
Menudo día de locos.

-¿Qué queréis de nosotros?-preguntó Dylan mientras forcejeaba para poder escapar-.

La mujer no habló, solo hizo un gesto al gorila de su compañero y éste empezó a explicar la situación.

-Veréis, hace unas semanas, una de nuestras fuentes de información, nos afirmó que el instituto Grindow había encontrado los 5 elementos, y que si no nos dábamos prisa, no podríamos hacernos con ellos para acceder a sus poderes.-paseaba entre nosotros dos-.

¿Cinco?Dylan y yo nos miramos sin decir nada.Solo estábamos Clay, Karen Dylan y yo. Solo éramos cuatro elementos.
Eso quiere decir que falta un persona a la que todavía no han encontrado.¿O quizás sí?

Siguió hablando.

-Al parecer, debían estar en este pueblo. Mi jefa y yo hemos estado vigilando la calle desde que lo supimos, buscando a algún o alguna joven que hiciera algo fuera de lo normal.
Hoy veníamos aquí a la playa a descansar de nuestro trabajo, y de repente, vemos a dos adolescentes,en la orilla de la playa, cubiertos de una gran masa de agua.
Supusimos que ya teníamos al menos un elemento, ahora debemos averiguar cuál tiene el don del agua.

Decidme, ¿cuál  es el afortunado o afortunada que va a venir con nosotros?

Dylan y yo nos miramos asustados.
No dijimos nada.

-Si no queréis hacerlo por las buenas, lo haréis por las malas​.-nos dijo la mujer pelirroja que me recordaba a mi hermana.

Su voz era grave y seca, como si hubiera fumado hasta quedarse con un hilo de voz.
En este aspecto, no se parecía en nada a mi hermana, ella tenía la voz más dulce y melodiosa que han oído y seguramente oirán nunca mis oídos.

Le hizo uno de esos gestos a su cómplice, que pareció entenderla al instante.

-¡De rodillas!-Exclamó el hombre-.

Ninguno de los dos le hicimos caso así que decidió hacer las cosas de otra manera.
Primero empezó conmigo, me empujó hacia abajo, poniendo todo su peso encima mío, hasta que mi cuerpo cedió a su colosal fuerza, y me quedé más que de rodillas, aplastada contra el suelo, al menos desde mi punto de vista.
Dylan mantuvo su postura.De pie, y además le lanzaba unas miradas desafiantes al gorila, a las que éste no pudo resistirse.
Se acercó a él, estaban cara a cara, ninguno soltó ni una palabra, pero daba la impresión de que se entendieran, tan solo por la mirada penetrante que lanzaban el uno contra el otro.
Si las miradas matasen ...
El gorila se disponía a agarrarle del cuello, cuando su superior, pegó una patada a cada una de las piernas de Dylan, por la parte posterior de la rodilla. Ésto hizo que sus piernas cedieran, y cayera de rodillas al suelo, exhausto por el dolor, que era tan grande, qué pensó que el tacón del zapato de la señora había roto alguno de sus huesos.

-¿No queríais hacerlo por las malas?
Ya está arreglado.-se situó delante de nosotros-.Y ahora, ¿cuál de vosotros levantó esa masa de agua?¿Los dos tenéis poderes?

-Está loca.-dijo Dylan mirándola-.¿Qué quiere de nosotros?¿De que poderes hablas?

-Si tu no tienes poderes, puedes irte, siempre que nos digas cuánto sabes de el paradero de los demás elementos. Y por supuesto, deberás delatarla a ella.-dijo señalándome-.

Se quedó mirándome, como si yo le resultara familiar.

-¿Katy?¿Eres tú?-dije mientras empezaba a llorar.-Por favor Kat, suéltanos, déjanos marchar.-chillé aún llorando.

-Ella no es ninguna Kat.-se interpuso el hombre.-Cualquier parecido es mera coincidencia.

-¡Kat háblame!-exclamé desesperada.
Sé que estás ahí, por favor ayúdanos-dije ahora en tono más sumiso-.
Ese traje y esas gafas, no te ayudarán a esconderte de tu hermana.

Ella ni siquiera se dignó a mirarme a los ojos. Me evitó la mirada en todo momento.

-Por supuesto que os soltaré, nos llevareis directos a dónde está la guardiana con los demás elementos.-dijo sonriendo.-lo último que verán antes de ser capturados, será vuestra cara de traidores.¿Así mejor?-nos miró a  Dylan y a mí.

-Y cuidadito con lo que hacéis- dijo el hombre haciendo sonar sus nudillos-Más os vale estar quietos y bien callados.O si no, aún será peor lo que os aguarde en el futuro.- en su cara se trazó una cruel sonrisa.

-Venga levantaos-sacó una pistola negra y apuntó a Dylan a quemarropa- más rápido.

Dylan se levantó, asustado y yo sin que ella me dijera nada me levanté.

-Muy bien niña.Ya nos vamos entendiendo- dijo pegándome unas palmaditas en el hombro.

-Ahora alejaos unos metros de distancia, como si no fueramos juntos.-dijo la mujer empujando a Dylan hacia delante haciéndolo caer-Y recordad, tengo una pistola, y no me da miedo usarla.

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Dulce Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora