LAGUNAS

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Abres los ojos, una suave luz se cuela entre las persianas, alargas el brazo y apagas el despertador. Silencio de nuevo.

Apartas las sabanas y de repente te encuentras en el baño, sin saber muy bien como has llegado.

Estas en la ducha y lo único que sientes es el agua golpeando tu cuerpo. Sales de ahi y te ves envuelto en una toalla.

Tres minutos más tarde ya estas vestido, desayunas en ocho, te lavas los dientes en cuatro, preparas la mochila en dos, y en uno ya estas fuera. Antes de saber porque te ves corriendo, levantas la vista y lo comprendes, el autobús esta a punto de irse, vas más rápido pero no llegas.

No hay otra salida, llamas un taxi, cinco minutos en llegar. Ves como llega pero lo siguiente que recuerdas es estar dentro, no sabes muy bien porque. No recuerdas haberle dicho la dirección pero el taxi ya esta en marcha. En siete minutos en el colegio, con el autobús tardas quince.

No recuerdas haber sacado la cartera cuando te ves pagando al taxista. La guardas y sales. Veintitrés minutos antes de que empiecen las clases.

Empiezas a andar y en el tercer paso ya has llegado a la cafeteria. Pides el cafe y al segundo lo tines en la mano, pero el mirar el reloj de pared ves que han pasado dos minutos. Veintiún minutos. Dos minutos y esto estará lleno, la idea te agobia por lo que sales fuera. Dos sorbos al cafe y desaparecen las lagunas. Te ves andando y recuerdas el camino, el lugar desde el que sales, la gente que te cruzas, la forma de saludarlos y recuerdas llegar al edificio de ciencias.

Unos sillones te invitan sentarte y nada más hacerlo empieza a aparecer gente. Habláis los catorce minutos que os quedan, entonces suena el timbre y te hace recordar que estas de vuelta a la rutina.

Reflexiones de una mente inquietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora