MARÍA COLOMBIA

3 0 0
                                    

Suspiro por quererte y no tenerte. Por querer abrazarte y no conocerte. Por mis dedos enredar en tu pelo, suspiro una y mil veces.

Soñar contigo es mi castigo, y a la vez mi recompensa. Mi forma de tenerte cerca, aunque nos separen cientos de kilómetros de carretera.

Pensarte me hace demente. Te apropias de mis pensamientos y te haces dueña de mi mente, me sumerjo sin darme cuenta en un mar de locura, del que no logro ni quiero escapar.

Hablarte es mi perdición. Me río contigo y lloro al recordar que no estás. La razón de mi infortunio, y el motivo de mi absurdo.

Imaginarme que estás aquí, el sonido de tu voz, el acento que hace de ti una persona única, y envuelve tu boca con la más bella melodía.

Creando un mundo, solo para ti y para mi. La dos juntas llenado de vida un sinfín de momentos, contándonos historias y escribiendo la nuestra propia.

Queriendo que tu cabeza repose sobre mi hombro, para la mía sobre la tuya poder apoyar, y quedarnos así, sin nada más que nosotras charlando o simplemente estando, hasta que el frío, el hambre o el sueño se apoderen de nosotras y nos obliguen a movernos.

Tumbarnos las dos juntas sobre una toalla en la playa, con la mirada fija en el cielo, mi cabeza descansando sobre tu tripa, y tus dedos enroscando mi pelo.

Eso y mucho más, pero nada es real, por que sigues sin aquí estar. Y yo sigo sin poder este amor revelar.

Dulce colombia, olvídate de mi, déjame sufrir.

Reflexiones de una mente inquietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora