IV-Última Guerra

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Mientras tanto: En Torreclipse:

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Mientras tanto: En Torreclipse:

En estos cinco años que Matías lleva trabajando para Anker, él nunca ha entendido por qué el emperador le llama, cada lunes a la misma hora, en su trono. El chico sube las escaleras temblando como siempre. Hasta ahora, todas las veces acaban hablando de estrategias de combate. Algo que supuestamente es necesario hablarlo con su general de batalla. En cualquier caso, eso no le importa. Si el Emperador le sigue citando de esa forma eso supone seguridad. Seguridad de seguir vivo. Aunque si comete un fallo, toda su esa seguridad se derrumbará como un castillo de naipes.

-Me ha hecho llamar ¿señor? -responde el mayordomo.

Anker está sentado en su trono. Lleva un rato jugando con sus fichas de ajedrez. Moviendo peones uno a uno en la pequeña mesa que hay a su lado. Aunque ya estuviese construida desde su llegada, Anker siempre ha estado de acuerdo con quien diseño aquel mueble. Aunque no sea un mapa, el tablero es muy práctico. Con cierta lentitud sale de su trance y mira al joven que está esperando.

-¿Qué sabes de la toma de los Campos de Molonov? -pese a que la guerra había acabado, Anker había planeado dejar un ápice de esperanza ¿Y qué mejor lugar que la vieja ciudad de Molonov? Dejar que las hormigas se reúnan en su madriguera. Hacerles pensar que están a salvos y que todavía tienen una oportunidad. Nada le hace dormir mejor que esa sensación. Aunque todo juguete tiene su fecha de caducidad.

-Solo he oído que ya han empezado-el chico traga saliva antes de pronunciar el nombre que tanto miedo le causa.-¿El Cosechador irá otra vez solo? -Solo le ha visto en 3 ocasiones. Pero han sido las suficientes veces como para infundirle un miedo absoluto. Anker suelta una carcajada. Matías baja la cabeza.

-El Cosechador irá dónde vea cualquier ápice de vida- Anker se queda en silencio por un momento, sus primeras canas se manifiestan a la luz del sol matutino. De pronto coge una ficha de ajedrez y se pone a mirarla- Matías nunca te he preguntado nada sobre ti. ¿De dónde eres? -el joven levanta la mirada. No por su cambio de tema sino porque es la primera vez que el emperador lo llama por su nombre.

-De la bahía del cuarzo, señor. -por un momento duda en si seguir hablando o callar para siempre-¿Y vos? -Anker vuelve a reírse. Su risa enigmática es detestada por casi todo el mundo.

-Yo soy de un lugar muy lejano, uno mucho menos poderoso que el tuyo. Pero no quiero hablar de mí, soy una persona muy aburrida- algo que siempre le había llamado la atención al sirviente era la voz monótona que siempre tenía el gobernante- Dime ¿Cuánto crees que vale tu reino?

-¿Cuánto valen los reinos del Agua? -el cerebro del chico se colapsa, intenta relacionar la guerra con esa pregunta pero no logra entenderlo.

-Todo en la vida tiene un precio. -dice Anker sonriendo-Lo importante es saber cuanto vale...-Matías dibuja un rostro de incomprensión, Anker se levanta.- Todo puede ser comprado. Tu por ejemplo. Estas aquí por el dinero que recibes. Ahora dime, ¿cuánto crees que vale uno de los seis reinos de Xylia?

-Pues no lo sé-al escuchar la vaga respuesta de Matías, Anker se sienta, coge una ficha negra y empieza a moverla junto con la que ya tenía. El chico, traga saliva. Teme no haber estado a la altura, de hecho, hoy no ha hablado de ningún plan en particular. De pronto piensa en alguna forma de arreglar su desliz.

-¿Me ha llamado por algo en específico señor? -Anker mira al joven con cierto desdén por haberlo desconcentrado.

-Ah sí, casi se me olvida. Necesito que me traigas un papel y tinta- el Emperador deja el peón negro- Cuando acabe de aniquilar hasta la última rata de ese sitio, necesito hablar con todos los representantes de los reinos. La reunión se hará en Kafia.

-¿En la capital señor? No es mejor hacerlo...

-Creo que me has malinterpretado, no estoy pidiendo tu consejo, te estoy dando una orden.-Anker se queda en silencio por unos eternos segundos-Necesito encajar todas las piezas a la perfección. Tiene que ser en Kafia.-Anker vuelve a levantarse del trono-Necesito también que envíes otra carta al escuadrón élite. Quiero el cuerpo con vida de la princesa malcriada. Ya puedes irte Matías.- el mayordomo asiente con la cabeza y se retira feliz de haberle dado por fin la espalda.

Anker no había estado tan satisfecho desde hace mucho tiempo. Respira hondo mientras acaricia con sumo cuidado el peón blanco. El placer que ha sentido todo este tiempo es inexplicable. Todos esos temores por perder la batalla. Todas esas esperanzas aniquiladas. Todas esas almas rogando clemencia. Toda la adrenalina fluyendo por su cuerpo. Y aunque ahora esté a punto de dar fin a su limitada fuente de felicidad, llega la mejor parte. El jacque mate.

El Martillo De Térrakro © |#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora