PRÓLOGO: LO QUE SEA POR MR. DARCY

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Antes que nada, gracias por darle una oportunidad a esta novela, espero que pueda gustarles. Les pido que tengan paciencia con este prólogo. Es algo confuso, pero en los siguientes capítulos todo tiene perfecto sentido. C:

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- Mira Cal, otro cliente satisfecho- dijo Ed curvando las comisuras de sus labios hacia arriba mientras veía a Pam y Josh caminando de la mano por el pasillo.

Clavé mis vista en él, con los ojos muy abiertos.

-Estaba segura de que eran el uno para el otro, pero nunca pensé que lo de la nota de amor funcionaría.- Devolví mi mirada hacia ellos y reí. Esto había que celebrarlo.

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Después de la alocada visita al parque de diversiones del día anterior andábamos algo cortos de presupuesto, así que la celebración se resumió a una visita a la cafetería, tres smoothies, una funda de galletas y el césped del patio del instituto.

-¿Y ahora quién sigue?- preguntó Abby mientras le lanzaba una galleta a Ed.

-No lo sé- dije frotándome los ojos- por un lado tenemos al caso Tracey- pensé un poco antes de seguir- pero ni siquiera estoy segura de que se gusten. Allí no hay nada y dudo que lo haya.

-¿Trevor y Stacey? Aún no me creo que ese tal Jared haya sugerido esa pareja. Esos dos tienen una química menor a las notas de Abby en histo... auch, de acuerdo, me calmo- miró a Abby de reojo para asegurarse que no tuviese otro borrador en la mano listo para ser lanzado- bueno, ¿alguien más?

Saqué mi teléfono y leí.- Pues Jam ya es canon, Tracey nunca sucederá, y... eh- levanté la vista- no hay nadie más.

-¿Eso quiere decir que son libres al menos un par de semanas?- Abby miró a Ed mientras enarcaba una ceja- se me ocurren algunas ideas de como usar ese tiempo libre.- Ed rió y le guiñó el ojo.- Oh, mi clase de matemáticas empieza en diez minutos- se puso de pie y depositó un suave beso en la coronilla de Ed.- Nos vemos luego equipo dinamita.

Ambos la vimos perderse dentro del edificio.

-¿En serio no hay nadie más, o sólo lo dijiste para que estuviese feliz?- inquirió al tiempo que tomaba un sorbo de su smoothie.

-Hablo en serio Ed. Nadie más.- Empecé a ponerme algo nerviosa- creo que llegó el momento de colgar el supertraje y jubilarnos.

-Bromeas- al ver que yo no hacía nada repitió- Callie. Dime que bromeas. Ya vendrá algún otro desesperado porque sus mejores amigos se junten, no puedes dejarlo, llevas en esto dos años.

Era cierto. Desde que había logrado que Abby y Ed empezaran a salir, ambos íbamos por allí oyendo las súplicas de gente que necesitaba a su OTP junta.

Unos hacen música, otros toman fotografías o leen o cocinan. Yo me dedicaba a armar parejas. Era mi hobbie. Mi pasión.

Era.

-Vamos Ed, es nuestro último año, ¿no te parece descansar y ya?- suspiré- Sabes que estoy cansada, nunca debí haber empezado esto...-dejé que el silencio se apoderara.

Y de repente los ojos castaños de Ed se iluminaron. Oh no.

-Eso significa que- mierda, mierda, mierda, mier- llegó la hora del último arreglo- parecía inusualmente emocionado, y con una expresión soñadora en los ojos dijo:- Ha llegado el momento de Jallie.

Me dejé caer sobre la hierba y arrugué la frente.

-No, Ed. Cualquier cosa menos eso- empecé a balbucear- Jam-James acaba de terminar con su ex y, y yo, él, ehhh. No.- Noté cómo me ruborizaba, volteé la cabeza y lo miré. Miré a James.

-No me digas eso, puede que Abby se crea esa tontería de que ya no sientes nada por él, pero ambos sabemos que no es verdad. Aún nos obligas a sentarnos aquí, sólo para stalkear a Don Solo Uso Camisetas Rojas.

-Eso no significa que podamos ser. Sabes las reglas. Tú mismo las escribiste. Tiene que haber química. Y nosotros...

-Pues yo digo que ustedes serán. Ahora, yo, nosotros, nos encargaremos de que la química surja- hizo un montón de énfasis con las manos. Tenía la mirada decidida.

-¿Tú crees?- mi risa salió más ronca de lo que me hubiera gustado. Casi amarga.

-¿Tú no?- me haló del cabello- ¿Acaso osas dudar del gran Doctor corazón?- Lo golpeé en las costillas suavemente.- De acuerdo mujer de poca fe- se frotó las manos-. Elevemos la apuesta. Tú consigues a James y yo pagaré tu suscripción a Netflix, Spotify y te compraré todas las ediciones de Orgullo y Prejuicio que hallemos cada vez que entremos a una librería hasta el día de mi muerte.

Me senté de golpe. ¿Habla en serio? Santa cachucha, habla en serio. Una sonrisa se dibujó en mis labios, y extendí mi mano, cerrando el trato.

-Lo que sea por Mr. Darcy.

Querido Estúpido JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora