CAPÍTULO 15: PELEAS

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James empujó a Dean contra uno de los casilleros y le gruñó. Lancé un grito de sorpresa y me aparté sin entender que sucedía.

Sin quitar su mano de la camiseta de Dean, James se giró hacia mí y me miró. Su penetrante mirada se suavizó instantáneamente y un cosquilleo subió por mi espalda. No pude evitar ruborizarme y me maldije internamente por hacerlo. Sus ojos fueron desde mis ojos hinchados hasta detenerse más tiempo del necesario en mis labios -en donde estaba la costra-; inmediatamente su expresión se enfureció. Redujo a polvo a Dean con la mirada y lo dejó ir no sin antes empujarlo nuevamente.

-¿Ya no es suficiente? ¿Te atreves a lastimarla de nuevo? Mira imbécil, si te le acercas otra vez juro que te...- James levantó su puño y lo dirigió hacia Dean.

Abrí mucho los ojos. Nunca lo había visto de esa manera. Parecía fuera de sí, todo enojado y extrañamente sexy. Pero atractivo o no lo que hacía era lo opuesto que lo que necesitaba.

-¡No!- se detuvo de inmediato y ambos me miraron sorprendidos- James, por favor no hagas nada. Yo puedo solucionar esto, él no trato nada... ahora.

James lucía como si acabara de ser golpeado en las costillas: confundido y sin aliento.

-¿Cómo?

-Yo...- tome aliento y di a mi voz un tinte decidido- yo sé que él no quiso hacerlo. Debió tener una razón. Conozco a Dean lo suficiente como para saber que no es esa clase de persona.

James frunció el ceño, Dean parecía ido mirando al suelo y sus ojos estaban humedecidos.

-¿Te haz vuelto loca?- exclamó después de un segundo de debate interno.

Me crucé de brazos, la cara roja de ira. Agradecí que todos los estudiantes estuvieran ya en sus clases. Lo que más me apetecía era patear a ambos en las bolas y salir corriendo.

-¿Disculpa?- espeté- sé perfectamente de lo que hablo. El loco eres tú. ¿Cómo se te ocurre llegar y agredir a alguien de la nada?- no me di cuenta de lo irónico en mis palabras hasta que James dijo:

-¿Qué? ¿De la misma manera que él lo hizo?- tragué saliva. Era cierto, pero no quería pensar en eso ahora, quería que James entendiera lo que le decía . No que me recriminase algo así. ¿Por qué era tan complicado?- No entiendo por qué te empeñas en defenderlo. Después de lo que te hizo. ¿Acaso perdiste la cabeza? Me pregunto si desarrollaste síndrome de Estocolmo o algo así.

-Suficiente- me imaginé abofeteándolo uno y otra vez. No podía creer sus palabras. Y pensar que este chico era mi amigo. Y pensar que había estado enamorada de él tanto tiempo. Ya no sabía ni qué pensar- no quiero hablar contigo James. Me largo. Y por tu bien espero que tú también.

Les lancé una última mirada y salí de allí echando humos. Pude sentir sus miradas en mi nuca hasta que desaparecí al doblar el corredor.

*********

Si no estaba llorando por la ira era porque quizá estaba deshidrata por las lágrimas de antes. Además estaba cansada y llorar parecía mucho trabajo. En vez de eso pasé las siguientes clases enfocada en un punto en el espacio mientras repetía la escena anterior una y otra vez.

Analizaba cada palabra de James, cada movimiento. Pero pensar en eso dolía, aunque no tanto como la sospecha de que mis sentimientos por él permanecían casi intactos.

Eres débil Callie. Mereces todo esto. Bueno, quizá no esto en particular. Pero si todo el drama.

-Oye, tranquila. Si sigues así va a explotar la baldosa- Abby río un poco y me vi obligada a hacerlo también- ¿todo en orden?

Querido Estúpido JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora