CAPÍTULO 13: JAMES' PLACE

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Los ojos de James se abrieron a más no poder, yo desvié la mirada. Me sentía tan frágil y vulnerable que no soportaba la idea de que me viese así. No él. Traté de esconder mi rostro en vano. Él acercó su mano lentamente hacia mi rostro y suavemente, aunque de manera firme, me obligó a que lo mirara.

-Dios... Callie, ¿qué te ocurrió?

Sentí las lágrimas volver a mis ojos y vi en su cara que él entendía que no quería hablar de eso. Al menos aún no.

-Sabes que puedes contarme lo que sea- abrí la boca ligeramente para protestar- pero si no te sientes con ánimos de decirme está bien. Te entiendo.

-Gracias- sonreí levemente, y cerré los párpados, intentando alejar las lágrimas.

James se sentó a mi lado, su brazo rozando el mío.

-¿Esta es tu casa?- asentí- ¿Por qué no entras?

Sentí un estúpido impulso de echarme a reír y a llorar.

-Olvidé las llaves, y mis papás no llegarán sino hasta la noche

James frunció un poco el entrecejo y procedió a apartar un mechón de cabello de mi rostro.

-Ven, vamos a mi casa, no queda muy lejos. Hace frío.

Se puso de pie y se sacó la chaqueta para ponerla encima de mis hombros. Agradecí el calor y su perfume.

-¿No es problema?- pregunte.

-Para nada, y por si te lo preguntas no hay nadie.

Hice un gesto de asentimiento. Lo último que se me antojaba era que alguien más me viese en ese estado.

Me tendió la mano y me incorporé.

-Gracias James.

-Es menos que puedo hacer por ti Callie.

Él no soltó mi mano sino hasta mucho tiempo después.

*************

Tal y como Ed había mencionado, la casa de James quedaba relativamente cerca. Sin embargo, estaba dolorida y exhausta, y hasta una cuadra me habría parecido demasiado.

Esperé pacientemente mientras James buscaba las llaves en sus bolsillos. Su rostro pasó del pánico al alivio en poco más de un segundo.

-Ya recordé- se acercó a una distancia peligrosa a mi y estiró su brazo hacia mi cintura... y abrió el bolsillo de su chaqueta. -Voilà- sonrió triunfantemente.

Dejé que mi ritmo cardiaco descendiera mientras él abría la puerta.

-Bienvenida a James' Place. Espero, bella dama, disfrute su estadía- arqueé una ceja pero no hice ningún comentario, por dentro sonreía. El lugar era tal como lo imaginaba, muebles de madera oscura por todos lados, varios sofás acogedores y unos pocos adornos por aquí y por allá.- Si gira a la derecha, al fondo del pasillo observará la cocina, hoy puedo ofrecerle la especialidad de la casa: fideos instantáneos- levantó la bolsas de compra por encima de su cabeza, ni siquiera me había percatado de ellas antes.

Entonces reparé en las fotos. Había fotos por todos lados y James aparecía en todas ellas.

-Lindo trasero- dije.

-¿Eh? Gracias, la clave está en... ¡No mires esas fotos!- exclamó en cuanto se dio cuenta de a qué me refería. En una mesita había una foto de James, de unos tres años corriendo desnudo por la playa. Se puso tan colorado que no pude evitar reír.

Me tomó del brazo, aún muy abochornado, y me llevó a la cocina, con mucho cuidado de que no viera más fotos comprometedoras. Una vez allí me indicó una silla y se puso manos a la obra con los fideos instantáneos.

El ambiente acogedor de la casa de James hizo que me sintiera mucho mejor. Él incluso puso algo de música en su laptop que yo había mencionado que me gustaba.

-¿Dónde está el baño?

-Es la última puerta a la izquierda... Por favor no mires más fotos.

Le aseguré que no curiosearía más. Al llegar al baño miré mi reflejo en el espejo. Estaba hecha un desastre y James había tenido la delicadeza de no mencionarlo.

Moje repetidamente mi cara con agua fría hasta que la hinchazón de mis ojos y el rojo de mi nariz desapareció casi por completo. No había señales de mi rímel por ninguna parte, me encogí de hombros, tampoco podía hacer milagros.

Volví a la cocina y vi que James ya había servido un plato de fideos para cada uno.

-Gracias.

Comimos en silencio, no me había dado cuenta de lo hambrienta que estaba.

Entonces el recuerdo de Dean volvió a mi y me di cuenta de que no era algo que quería contarle a Ed. Miré a James solo para descubrir que él ya estaba mirándome. Algo en la manera que me miraba, en cómo había sido tan gentil conmigo hizo que me diera cuenta de que si iba a contárselo a alguien debía ser a él.

-James...- vacilé un poco, pero su expresión, sus ojos, la manera en que me sentía segura solo estando cerca suyo; hicieron que estuviera segura.- Si te cuento lo que sucedió, no sé lo contarás a nadie ¿cierto?

-Por supuesto que no Callie- dijo en voz queda.

-De acuerdo.

James acercó su silla a la mía y tomó mi mano entre las suyas. Me quedé embobada por unos segundos, y cuando volví en mí descubrí que los impulsos de llorar habían vuelto.

Cerré los ojos fuertemente, respiré profundo, y comencé a hablar.

Le conté todo, cada detalle. Y él escuchó sin decir nada, pero podía percibir el debate que estaba librando internamente. Sentí como el agarre de sus manos se intensificaban, su ceño empezó a fruncirse. No podía mentir, yo también estaba indecisa. ¿Debía culpar a Dean? ¿Odiarlo? ¿Perdonarlo? ¿Evitarlo? ¿Hablar con él? No lo sabía.

De lo único que estuve segura cuando terminé de contarle todo a James, y vi la mirada en sus ojos, era que él ya había un tomado un decisión.

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Tuve un bloqueo como no se imaginan escribiendo este capítulo :c y ni con todo ese tiempo quedó como hubiera querido. De todas formas ya pasó y empezaré a seguir publicando más seguido.
Cambio y fuera.

Querido Estúpido JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora