CAPÍTULO 17: TOK TOK, NO ES AMAZON

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Alcé la vista de mi plato, quizá era el abrigo que había ordenado por Amazon.

-Yo voy- anuncié.

Nadie realmente pareció escuchar. Caminé hacia la entrada mientras me limpiaba las comisuras de los labios con una servilleta. Abrí la puerta.

Saqué la cabeza y miré a ambos lados, no había nadie. Rodé los ojos, fastidiada, entonces un destello blanco en el piso captó mi atención.

Levanté el papel y lo desdoblé. Había una sola oración escrita con una caligrafía familiar.

"A las 12:00 am."

Volví a revisar la entrada y dirigí mi vista a la carretera.

Qué peculiar.

*********

Mis tíos no tardaron en marcharse, y la quietud volvió a reinar en casa. Me puse nostálgica sabiendo que probablemente no los vería sino hasta navidad, y eso era un gran quizá. De nuevo éramos sólo mis padres y yo.

A veces quería un hermano... o un gato.

Volví a mi cuarto y devolví las cosas a su estado original. No podía quitarme el mensaje del papel de la cabeza. Sabía de quien era esa letra y solo pensarlo hacía que mi estómago diera vuelcos.

¿Quería hablar con él? Si y no. Después de todo, ¿qué tenía que decirme que no hubiera dicho ya? Podría tomar la oportunidad para abofetearlo... o para besarlo... o ambas... simultáneamente.

¿Qué pasa contigo Callie? 

Nada. 

No te respondas a ti misma. 

Oblígame. 

Estás muy nerviosa, ¿cierto? 

No... Si.

Genial, estaba volviéndome psicótica.

A las doce menos cuarto ya estaba tornandome loca. Revisé nuevamente que mis padres siguieran dormidos y cerré lentamente la puerta de mi habitación. Había un tic en mi pierna. Me preguntaba si debía salir, o sólo quedarme en el cuarto.

Me tiré en la cama antes de comenzar a morder mis uñas y cerré los ojos fuertemente.

No recuerdo haberme quedado dormida, pero supe que lo había hecho cuando unos golpes en la ventana me despertaron minutos después.

¿Eh?

-Hey- la voz denotaba inseguridad- despierta.

Mis párpados se sentían extremadamente pesados, pero aún así me obligué a abrirlos.

Me giré hacia la persona en la ventana levantando una ceja, debo admitir que estaba algo impresionada.

-Hola- dije secamente. James bajó la mirada, quizá sintiéndose incómodo.

Ladeé la cabeza y por un momento me perdí dentro de sus facciones.

-¿Puedes... quieres salir un segundo? Quizá tú no lo pienses, pero tenemos que discutir algunas cosas, ¿no?

Asentí levemente y me aproximé a la ventana. James estaba de pie en el estrecho balcón, me pregunté cómo se las había ingeniado para subir por el árbol.

Querido Estúpido JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora