CAPÍTULO 9: CORAZONES ROTOS

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La reunión de maestros había llegado. El momento más temido de cada semestre por los alumnos más, pues, ineptos. Dos horas completas en que todos y cada uno de los profesores hablaban sobre el comportamiento y notas del último semestre de los alumnos, y decidían si merecían ser ayudados con un par de puntos o no.

Aquellos que habían pasado el semestre sin hacer nada, ahora se turnaban para pegar los oídos en la puerta de la sala de los profesores, esperando oír algo sobre ellos.

Para aquellos que no temíamos nada, en cambio, significaba dos horas libres. Dos horas que no me servían de nada si tenía que pasarlas sola.

¿Dónde se habían metido Abby y Ed? A Patrick no tenía sentido buscarlo: tenía migraña y no había venido. Y James. Pues el querido y estúpido James no parecía estar en ningún lado tampoco.

Nadie había mencionado el incidente con la ropa interior. Abby había tenido la delicadeza de fingir que nunca había ocurrido nada, probablemente era una de las pocas cosas que no le había contado a Ed, y estaba sumamente agradecida por ello. Aún después de dos semanas yo estaba muy avergonzada, y los primeros días tenía la sensación de que James tampoco podía pensar en nada más cuando me miraba, parecía disculparse cada vez que cruzábamos la mirada; y eso solo hacia que me sintiera más avergonzada. ¡Dios! Era un tormento muy bochornoso. Y lo peor era que sabía que me había visto, estaba muy segura. Me había pasado al menos dos minutos enteros parada casi en cueros hasta darme cuenta de la videollamada.

Estúpida Callie.

Entonces mientras subía al tercer piso me topé con él en las escaleras. Traté de ignorar el martilleo en mi corazón y quité el incidente de mi cabeza, solo empeoraba las cosas.

-¡Gracias a Dios! Estaba como abandonado vagando por todos lados y no encontraba a nadie- hizo como que se secaba una lágrima. Sonreí y enarqué una ceja.

-Lo mismo, apuesto a que Abby llevó a Ed a algún lado apartado a hacer cosas innombrables- me estremecí de solo pensarlo. James hizo una mueca.

-Ug- puso un gesto pensativo- ¿quieres ir a la cafetería? Está lloviendo y no me apetece ni un poquito salir al patio.

-Buena idea.

Subimos al cuarto y último piso, donde estaba la cafetería.

El sitio estaba repleto. Parecía como si cada estudiante de Ashland High de pronto hubiera decidido ir a comer algo. Resoplé y me puse en la fila.

-Oye, olvidé decírtelo- dijo James mientras se ponía a mi lado- ya acabé el proyecto de arte.

Sonreí ampliamente.

-¿En serio? Eso es estupendo. ¿Qué le pareció a Weber.

-Bueno, me dijo que se lo dejara para examinarlo. Pero antes le dio un vistazo y dijo que le había gustado la idea y que probablemente merecía una A- empezó a balancearse en sus talones. Parecía muy emocionado, y lo entendía, había trabajado muy duro en su proyecto. Me sentía muy feliz por él.

-Me alegra mucho James. Realmente pusiste todo de ti en ese proyecto.- mordí mi labio- Vamos, choca cinco.

Levanté mi palma, y riendo la chocó.

Querido Estúpido JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora