—¿Hola? ¿Con quién hablo? —contesto.
—¡Ana! ¡Soy yo, Kate! —chilla entusiasmada al otro lado de la línea.
—No conozco a ninguna Kate —respondo y veo de reojo como Christian niega divertido mientras pausa la película una vez llega a los créditos.
—Katherine Kavanagh...
—No, aún no me suena. —La interrumpo y escucho como bufa resignada.
—¡Ana! Ya por favor, lamentó no haberte llamado ni contestado en todos estos días. —Se disculpa realmente apenada—. ¿Cómo ha estado mi pollito? — pregunta en un tono conciliador y dulce cambiando de táctica, haciendo flaquear mi corazón de pollito como ella le dice e intento reprimir mi sonrisa mordiendo mi labio inferior pero fracasó estrepitosamente.
—Increíblemente bien, ¿y tú? Tienes que contarme todo lo que has hecho estos días en Londres.
—¡Súper! Tengo mucho que contarte, podríamos ponernos al día en el cumpleaños de Mia —dice emocionada a la vez que yo frunzo el ceño confundida.
—¿Cumpleaños de Mia? —pregunto desconcertada.
—¡Si! A venido personalmente a dejar la invitación, apenas se ha ido te he llamado —explica y como si pudiera verme asiento a la vez que intento responderle, pero el toque de la puerta me distrae.
—Pase —dice Christian sin soltar mi mano.
—Señor Grey, la señorita Mia está aquí —anuncia Taylor entrando a la habitación, como siempre impasible.
—Dile que pase —responde incorporándose en el sofá.
—Kate tengo que dejarte, Mia acaba de llegar —mascullo rápidamente.
—Claro, nos vemos en su cumpleaños, adiós. —Se despide.
—Adiós. —Me despido de la misma manera y dejo mi celular a un lado del sofá mientras Christian bosteza.
—¡Chicos! —saluda Mía una vez entra a la habitación y enérgicamente nos abraza a cada uno dándonos un beso en cada mejilla. Inevitablemente suelto una risita.
Me gusta su efusividad, parece un tornado de color rosa.
—Hola Mia. —Le saludo sonriendo ampliamente.
—¿He interrumpido algo? —pregunta sentándose a nuestro lado y yo niego lentamente.
—No, acaba de terminar la película que estábamos viendo —responde Christian aun un tanto adormilado.
—Te ves muy doméstico. —Se burla Mia con una sonrisa juguetona.
—Nunca nadie me ha acusado de semejante cosa —dice horrorizado y su expresión nos causa gracia a las dos por lo que las risas rápidamente inundan la habitación.
—Bueno en fin, venía a invitarlos a mi cumpleaños —dice entregándonos una pequeña invitación y puedo ver como sus ojos brillan con ilusión.
—¿Tiene temática? —pregunta Christian abriendo la invitación.
—No, pero eso no significa que no vaya a ser genial como las demás —dice con orgullo y autosuficiencia haciendo que Christian no tarde en blanquear los ojos.
—¿Cómo han sido las demás? —pregunto con interés pero el sonido del celular de Christian interrumpe a Mia antes de que pueda siquiera abrir la boca.
—Disculpen —masculla impasible poniéndose de pie con su celular en mano, pero por la expresión un tanto asqueada que se define en su rostro al ver el identificador me extraña—. Elena. —contesta en un murmuro con un tono tosco y seco mientras se aleja.
—¿Aun habla con ella? —Mia llama mi atención y al girarme hacia ella veo como sus labios se tuercen con disgusto.
—No lo sé, ¿a quién te refieres? —pregunto desconcertada, nunca he escuchado el nombre de Elena salir de los labios de Christian, pero puede que lo haya hecho y yo de distraída lo haya olvidado.
—A Elena —Hace un gesto en dirección a Christian que mira por la ventana aún con el celular en la oreja—, es la mejor amiga de mi madre. —Aclara y siento como si me hubiera dado una bofetada con tan solo decirlo.
Es ella... y habla con Christian...
¡Mierda!
—Ah —Suelto intentando parecer impasible—, la verdad es que no lo sé —contesto con sinceridad mientras siento como la furia comienza a dar paso en mi interior. Maldita sea.
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Susurros de Amor... y del corazón
FanficHay situaciones que escapan completamente de nuestras manos, en la que no podemos hacer nada y solo debemos esperar, ¿pero que ocurre cuando la espera se vuelve larga e indefinida? ¿En dónde tienes que luchar contra el miedo constante que sientes al...