Como ser una princesa- Nerea García

8. Reencarnación

Mi madre observa mis ojos mientras que por los suyos se derrama una lágrima que muestra todo lo anonadada que se ha quedado al oír por mi parte todos los abusos a los que me veo sometida. 

-No me lo puedo creer... ¡¿Cómo he podido estar tan jodidamente ciega!?- Sube sus manos hacia su cara pasando estas en un gesto de disconformidad. 

-No te culpes...

-No digas tonterías Rain, voy a llamar al instituto, esto  no pued...

-No lo hagas, por favor- le digo con lágrimas en los ojos- no tienes idea de lo que pueden llegar a hacerme mamá... Por favor...

-Te cambio de instituto. No se hable más.

Querido diario...

Y así es como empecé una nueva vida, un nuevo proyecto en el que centrarme. Tres semanas después mi madre ya se las había arreglado como había podido para cambiarme de instituto. Era un instituto concertado católico, en el que se iba con uniforme y si no seguías las estrictas normas de las hermanas, lo que en el otro instituto podía ser un pequeño castigo al cual la mitad de alumnos no acudirían, aquí sería un jodido infierno. He conocido a varias chicas, una de ellas se llama Mary. En cuanto a Lili y a Edward, no sé nada de ellos. No me responden a los mensajes, y cuando les llamo por teléfono la voz del contestador dice que ese teléfono no existe. Es realmente raro. Volviendo a lo que estaba contando; Mary, es una chica rubia y alta con los ojos del color mas verde que haya visto en mi vida. Es una chica muy agradable, me cuenta que su madre se mudo a esta ciudad ya que no tenían nada de dinero y ellas buscaron una segunda opción de vida en otro lugar nuevo. Mary es muy alegre y muy extrovertida, aunque es muy extraña algunas actitudes en ella me llaman muchísimo la atención; 

(Jueves pasado FLASHBACK)

-Hey pillina- Me saluda Mary con total normalidad.

-Hey- digo bajando mi mirada hacia el suelo.

-Me acompañas al baño, tengo ganas de mear que te cagas tia...- dice tirando el cigarro que anteriormente tenía posado en sus labios.

-Claro.- Pasamos frente al espejo, y mi primera reacción es agachar la cabeza para no ver mi reflejo en este. A lo que ella se da cuenta y se acerca a mi.

-Mírate- Me dice mirándome de una forma algo inquisitoria. Como no la hago caso agarra mi mentón y fija mi cara en frente de aquel grande infierno. -Eres realmente bonita gilipollas.- Me dice dándome una colleja en la nuca.

(Fin de FLASHBACK)

  Realmente es una chica muy rara.

Cierro el diario y me levanto de mi escritorio para vestirme e ir a dar un paseo. Salgo de casa sin antes despedirme de mi madre, siento el frío viento de noviembre golpeando mi cara y las hojas arrastrando su agradable sonido cada vez que las piso. En cuanto levanto mi mirada veo a Lili mirándome desde el fondo de la calle. Se que totalmente parada, sin hacer ningún movimiento en falso. Su mirada expresa enfado y angustia, una mezcla indescriptible. Solo sé que ninguna de las dos hace nada, yo solo puedo pensar en las miles de cosas que tengo que preguntarle. Pasa un coche entre nosotras dos y ella como si nada desaparece. Corro unos metros en su busca, pero nada. No entiendo que pasa.