PRÓLOGO

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No regresaron al cabo de una hora ni de dos.

Intenté recordar cuánto nos había llevado atravesar los túneles la primera vez; solo había sido, ¿cuánto, media hora? ¿Más? En ese momento me había parecido una eternidad.

Vida y yo nos sentamos a cada lado de la boca del túnel, con la espalda contra el muro. Ella tenía los brazos cruzados y las piernas estiradas. Cada cinco minutos se presionaba fuertemente el brazo con los dedos; comenzó a sacudir ansiosamente un pie.

Cole y los demás discutían acerca de dividir el grupo por tercera vez. La mayoría de los chicos se había derrumbado, sin importar cuánto esfuerzo hubieran hecho por resistir.

Estaban hechos un ovillo a la sombra o apoyados espalda contra espalda. De cuando en cuando la brisa nos traía susurros con el nombre de Jude, pronunciado en el mismo tono que los nombres de los chicos que habían muerto en el primer estallido.

Oí primero un ruido de pasos y me levanté. Vida se quedó exactamente como estaba y conservó para sí los pensamientos que le surgían en su cabeza. Entrecerré los ojos, dirigidos hacia la oscuridad, para averiguar el origen del movimiento. Los conté por sus formas opacas y sombrías mientras ascendían por la escalera.

«Uno…, dos…».

Tres. Porque allí, entre Liam y Chubs, se hallaba un Jude destrozado.

Mi primer impulso fue gritar. Gritar por la injusticia de que él, de entre todos nosotros, hubiera sido el que había cargado con todo el peso del edificio sobre los hombros.

Pero después advertí el atisbo de sonrisa en el rostro magullado de Liam, abriéndose paso a través de la preocupación que turbaba su expresión.

- Está vivo, Ruby.

Jude estaba vivo.

Su pierna estaba retorcida en un ángulo antinatural, tenía el rostro lleno de contusiones y un corte sangrante en la frente, pero se aferraba a su brújula con desesperación y su pecho se movía al rito de su respiración agitada.

Y eso era todo lo que importaba.

JUDE (Mentes Poderosas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora