Perdidas en el sistema

Un aburrido comienzo

Estábamos trabajando en nuestras labores diarias, yo barría la entrada como tarea extra para ganar puntos y poder tener un día libre al igual que Natalia y Julia quienes limpiaban la barra de bienvenida y las bicicletas que habíamos recolectado a lo largo de la reserva esa misma mañana.

Era un hermoso y cálido día de veraño y estábamos esperando la llamada de Maria. Nuestra amiga veneciana que ese día nos contactaría para informarnos de las ultimas noticias por videollamadas como cada cuarto menguante en Venus tras recibir nuestra señal. Pero me preocupan sus ideas revolucionarias, temo que se meta en problemas, suele comunicarse con nosotras cuando podemos usar la computadora de la reserva para hablar con ella, por lo que podríamos acabar con una sanción importante, pero lo suyo es muy serio, mucho más que una multa. Podrían tomarla por terrorista, y por lo que nos cuenta, no es un buen momento para ser acusado de algo así.

Apareció un icono en el mapa virtual de la reserva y me acerqué para aceptar la llamada. No era Maria. Noelia y Mol nos miraban del otro lado del cristal allá en la base media de Júpiter, el segundo nivel en la pirámide jerárquica del gobierno, directamente después de los líderes del Sistema. Ellas son los contactos de mayor rango que tenemos, sin embargo en aquellos lugares de tanta importancia es mas peligroso hablar de asuntos como estos con personas ajenas al trabajo, cuanto mas rango mas restricciones. Últimamente llaman poco, los rumores de rebeldes aumentan cada día y junto a ellos disminuyen las comunicaciones extra planetarias. Lo que nos deja aisladas de todo. Es como vivir en otro sistema solar. 

-¡Noe-San, Coronella Mol!- Hacemos una reverencia al verlas para disimular. No se ve ni un alma pero un descuido podría ser mal interpretado de forma catastrófica.-¿Que sucede? No tenemos noticias suyas desde el solsticio.

-No es un buen momento- Noelia miraba en todas direcciones nerviosa.- Los vigías se triplicaron desde hace unos días.

-¿Pero que sucede?- Julia se acerco y Natalia paso por arriba del mostrador parra llegar a donde estábamos nosotras.

-Mol escuchó a unos superioris hablar sobre un ataque rebelde en Venus.-Pude sentir como mi corazón se detenía al oír eso. Las tres marcianas cruzamos una mirada cómplice, estamos muy nerviosas por esas noticias, note que habíamos empalidecido pero nuestras amigas extranjeras no prestaban suficiente atención como para notarlo.

-¡Debemos irnos!-Se escuchó a Mol susurrar desde alguna parte lejos del lente de la cámara.

-Volveremos a llamar- Nos informó Noelia y la imagen se cortó. Dejándonos solas, confundidas y aterradas frente al mapa de especies y animales de la reserva marciana de vegetación. Luego de unos segundos finalmente el silencio se quiebra cuando Julia arroja su trapo al suelo con ira mientras se queja.

-¡Odio este lugar, estamos tan lejos de todo! Es como si viviéramos en otra galaxia. Estamos mas desconectadas que los terrícolas, un día podrían decirnos de que el Sistema incluye a otro planeta desde hace cientos de años y fácilmente podría ser verdad y nosotras ni nos hubiéramos enterado.

Quise consolar a Julia y tranquilizarla pero no se me ocurría como ya que tenía toda la razón y lo sabíamos. Natalia se me adelanta y le palmea la espalda mientras decía que todo iba a mejorar, aunque no muy convencida. Estábamos tan consternadas que no nos dimos ni cuenta de que nuestras superioris estaba junto a nosotras hasta que esta nos saluda, a su manera neptunina.

-¿¡Oigan marcianas que les pasa?! ¿Acaso ya se olvidaron de sus modales?- Su voz fuerte, imponente y sumamente arrogante, que hace más desagradable aún sus comentarios inoportunos que ella llama bromas, nos trajó de nuevo a la realidad de un salto. Rápidamente realizamos una tradicional reverencia, flexionando las rodillas a la vez que agachamos la cabeza, el saludo general del sistema y el más respetuoso.