Parte 11

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- ¡Hola Perth! – es lo único que Arno dice al cruzar miradas con él.

- Marie te vez un poco impresionada o acabas de ver a un fantasma – dice Perth sarcástico al verla.

- Perth... ¿qué haces?... ¿aquí?... – balbucea Marie confundida.

- ¡Hum!... ¿no lo sabes? Al parecer mi hermano te esconde un pequeño secreto – susurra Perth mientras la ve con ojos traviesos.

- ¿Qué está pasando aquí Arno? – dice mientras se lleva las manos a la cabeza.

- Marie yo... - Arno calla en ese momento y mira al suelo.

- ¡Bueno lo haré yo! – responde Perth mientras se levanta de la silla – mí querido hermano y yo tuvimos un problema y fue que yo asalte el banco más resguardado e importante del país... - en ese momento es interrumpido por ella.

- ¡El incidente Gold Fints! – pronuncie ella.

- Bueno sigo, a dicho suceso acudió Arno, pero logramos escapar en los blindados, luego trataron de saber quiénes eran los implicados y mi nombre salio a la vista de todos, pero jamás lo publicaron – finaliza Perth con un aire de victoria.

- ¡En ese incidente murieron muchas personas, ustedes atravesaron las cámaras acorazadas de las cajas fuertes del banco! – finaliza Marie con lágrimas en los ojos.

En ese momento la sala estaba muy callada y la presión se podía sentir en el aire, Arno levanto la mano para pedir audiencia y tratar de desviar la conversación un poco debido a su final inesperado, para todos en la sala resulto mejor cambiar de tema incluso la chica de Perth que seguía sentada, callada y con una mirada fría como el hielo lo prefirió.

- ¡Arno, tu nombre a estado sonando en estos últimos días, por lo tanto mi nombre igual y también el de tus perseguidores!... - se calla Perth en ese momento.

- !Hermano sé que no nos llevamos tan bien como hace diez años, pero necesito tu ayuda! - finaliza él.

- ¡Pero Perth no decidirá, sino yo! – pronuncia la chica mientras se levanta.

- Ivana Chiman – susurra Arno.

- ¿Qué obtendremos a cambio? – pregunta ella con la mirada clavada en Marie que aún estaba llorando.

- Lo que pidan y Perth mantendrá vivo a su hermano – finaliza Arno.

Con estas palabras la intimidante mujer se sienta mientras los tres salen del edificio, la caminata aunque fue corta estuvo tensa ya que Marie no quería ver a ninguno de los dos, al llegar a la parte de afuera ella le da una cachetada a cada uno.

- ¿Ahora qué te pasa? – critica Arno al sentir el golpe.

- !Ustedes mentirosos, los dos son iguales! – se frena mientras se seca las lagrimas – ¡tú por ocultarme todo esto!... ¡y tú, Perth te amo y me gustas! ¿pero qué te paso? – finaliza Marie con lágrimas en los ojos.

- Marie te he hecho mucho daño, además soy una manzana podrida además no funcionara – finaliza él.

El grupo se despide y Arno le da su número telefónico para estar comunicados, él y su compañera se van en el auto y se dirigen a un lugar en el cual poder descansar un poco por el día tan ajetreado que estaban teniendo, la maquina cruza y toma la vía para así llegar a la casa de este, el camino estaba despejado por lo tanto llegaron rápidamente a su destino.

Marie se baja y entra a la casa mientras él deja la camioneta frente a la casa, la misma hizo parecido a un villancico navideño al apagarse, él sale de la camioneta y entra en la casa, una vez en la sala nota que Marie se encuentra en la cocina, el sube a la parte de arriba camina por el pasillo y entra en su cuarto y agarra una toalla y sale del mismo para entrar en el baño.

La PersecuciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora