Al llegar a casa, me bajé del auto sin decir una palabra, ni siquiera dije Adiós. Simplemente cogí mi mochila y salí de aquel asqueroso auto que nos unía, aún llorando empecé a caminar hacia la casa, abrí el bolso y saqué las llaves , giré la manilla y entré, antes de cerrar la puerta le miré, él no me quitaba la mirada de encima, le mire con tanto desagrado, que me invadió aún más la ira y arrojé muy fuerte la puerta, caminé hasta mi cuarto, primero arrojé la mochila sobre la cama y luego me lancé sobre la misma, cogí una almohada que se encontraba cerca de mi cabeza, puse mi rostro sobre ella y empecé a gritar, sabía que así me podía desahogar, pero esto me causó aún más dolor y más llanto, sabía que nadie me podía escuchar, quería morir. Deje el rostro tanto tiempo apoyado sobre la almohada que me empecé a sentir ahogada, no quise retirarlo, tenía tanta ira que de veras quería ahogarme, me imagine a David rompiendo mi ventana para venir a salvarme, pero sabía que él no lo haría, pues no sabía que esto estaba pasando, por una vez en la vida tenía que dejar de echarle la carga de mi dolor a alguien y aceptarla yo misma, así que era mi turno de salvarme. La vida empieza por ti, si no quieres vivir nadie puede obligarte a hacerlo, la felicidad empieza por ti, si no quieres ser feliz, nadie puede hacerte feliz. Yo quería ser feliz, así que tenía que buscar mi felicidad, tenía que correr hacia ella...Tenía que escapar, así que me levante de la cama, y fui rumbo al baño, empecé a subir escalón por escalón, lo hacía lentamente, incluso quise contarlos, habían 23 en total, un número impar, uno de aquellos escalones también estaba solo, igual que yo. daba pasos lentos, empecé a despojar mis vestiduras mientras seguía caminando, hasta llegar al baño y quedar totalmente desnuda, antes de mirarme al espejo cerré fuertemente los ojos y al abrirlos me fulmine a mí misma con la mirada, era un fracaso para el mundo, no debía pertenecer a él. Empecé a correr el maquillaje regado que había en mi piel con algunos trapos y sabanas que encontré en los cajones, entre a la ducha. El agua estaba caliente, quemaba, y yo sentía placer, empecé por mojar mi cabello, hasta que finalmente todo mi cuerpo se mojó, pose mi mano derecha sobre mi hombro izquierdo y lentamente fui cayendo hasta quedar tirada en el piso. Sentí un ardor inmenso en mi cuerpo,me sentí masoquista, el agua cada vez más caliente lo hacía arder, no podía parar de temblar, estaba asustada, no podía pensar en nada, tenía la mente en blanco, y de un momento a otro el agua dejo de caer. Yo seguí allí tendida en el suelo rodeada por el agua, sentí que la tierra empezó a moverse, y ambos tornillos que sostenían la repisa cayeron, trayendo consigo la repisa junto con todas las cosas que habían en ella, las luces del baño se apagaron, sentí miedo, cerré mis ojos sosteniéndolos muy fuerte, y en el momento en que los abrí, la luz había regresado, también el agua pero ahora caía fría, la ducha se había quemado, y la puerta del baño estaba abierta, pero ahora tenía algo diferente... ahora tenía una huella de una mano llena de sangre que había dejado caer algunas gotas al suelo, me pare lentamente, y me puse la toalla, me dolía bastante la cabeza. Empecé a seguir las gotas sin sentir temor alguno, bajaban los escalones. Con un poco de temor, yo también los baje, y note que conducían a mi habitación, la cual se encontraba cerrada. Cuando sintieron mi presencia, empezaron a girar la manilla de la puerta lentamente, y antes de que pudieran hacerlo, yo salí de la casa y me eche a correr. No sabía a donde iba, solo quería llegar muy lejos, tan lejos que nunca pudieran encontrarme, corría muy rápido, y mis pasos coincidían con las campanas de la iglesia Vera cruz anunciando la hora... Sentía miedo, la gente que transitaba por la calle me miraba como si estuviese loca. Quizás lo estaba, pues corría por las calles con solo una toalla de vestidura. Quise mirar hacia atrás, pero escuche una voz interna que me decía que no lo hiciera, pero lo hice, me vi obligada a mirar hacia atrás. Y cuando lo hice... Vi al final del callejón, aquel monstruo de la carretera. Desvié la mirada y de nuevo volví a mirar hacia el frente, trate de correr más y más rápido, sentí que el sol se apagaba, y la oscuridad empezaba a invadir las calles. Sentí el cantar de las chicharras, y el chillido de algún objeto que estaba siendo acechado por el silencio, Escuche también el fuerte ruido que hacían los cuervos desesperados mientras buscaban un refugio donde esconderse. El temor empezaba a vencerme, joder estaba demasiado oscuro, había dejado la lámpara mucho atrás, por la cual vi mi reflejo y tras él una figura grande y muy espantosa que me rodeaba de temor Empecé a escuchar el tic tac de un reloj de mano, estaba desesperada por encontrar una salida de aquel callejón, hasta que lo hice. Pero cuando la encontré, note que conducía... A la carretera. Tenía que optar por una opción, Salir del callejón y entrar al lugar más escalofriante y oscuro, o quedarme quieta y dejar que me atraparan para que nadie en el mundo volviera a escuchar de Kanna Horie, Empecé a buscar otras alternativas pero no las encontré, mire hacia atrás, y note que me encontraba a unos pasos del sujeto de la carretera, así que me vi obligada a salir corriendo de aquel callejón, y aunque la carretera estaba totalmente oscura y alarmante, tuve que hacerlo. Escuche el chirrido de las llantas de un auto haciéndolo detenerse, había corrido tan deprisa, que cruce toda la calle, y sin darme cuenta había ocasionado un choque, la desesperación me invadió tan deprisa que en unos segundo ya me encontraba atada a ella, empecé a mirar a ambos autos, volteaba el rostro de un lado a otro, las luces de estos me llevaron a la ceguera temporal, no podía ver nada, empecé a caer en un sueño profundo, no veía nada, tampoco sentía nada, pero podía escucharlo todo, Escuche como uno de los dos autos estallaba al ser golpeado por otro, escuche los lamentos, los gritos, los sollozos y el sonido que hacia cada una de las partes de auto al caer a tierra firme, y lo último que pude escuchar fue una voz femenina, muy parecida a la de Abby diciendo: -Te encuentras bien? Presione muy fuerte los ojos, y cuando volví abrirlos, me encontré tendida en la ducha, Abby estaba tirada a un lado llorando, el agua seguía cayendo aun fría, la repisa se encontraba en su lugar, todo estaba en orden, yo nunca había estado en la carretera, al menos no físicamente, mi cuerpo siempre había estado en la ducha, pero mi alma había tenido un desdoblamiento astral, realmente de alguna u otra manera estuve allí.
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"El Coraje de las estrellas"
Teen FictionElla... ella está enamorada de ti. Kanna Horie, ella tiene su cabeza en otro lugar, simplemente no puede concentrarse en lo que está pasando. Mientras los muros que la protegen empiezan a derribarse, empieza a conocer el mundo, empieza a golpearse...