O1.

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Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo gracias a la repentina ráfaga de viento, maldijo por lo bajo por haberse puesto un suéter muy delgado. La temporada de invierno estaba cada vez más cerca y tenía que abrigarse bien para no pescar algún resfriado, ya que era muy propenso a las enfermedades respiratorias.

Soltó un suspiro, preguntándose el por qué Jimin le había insistido tanto para que fuera a verlo a la academia de baile cuando sus ensayos terminasen. Abrió una de las puertas y entró, haciendo pequeñas reverencias a los instructores y alumnos que se encontraban allí.

Se dirigió hacia el salón en donde su mejor amigo practicaba; abrió la puerta con cautela, ya que todavía se encontraban ensayando. Entró en silencio, tratando de no distraer a nadie, se sentó en una de las bancas que había ahí y se dedicó a observar.

Había llegado quince minutos antes debido a que fue a visitar la casa de su abuela, la cual se encontraba cerca de allí. En ocasiones, después de que Jimin terminara de ensayar, ambos se iban a visitar a la dulce anciana para hacerle algo de compañía.
                   
                                                           
Ya faltando cinco minutos, el instructor les dijo que pararan y fueran por sus cosas para poder retirarse. Le sonrió a Jimin cuando éste se acercó a él con la mochila colgada en su hombro y una botella de agua en la mano; aunque observó confundido al chico que lo seguía detrás.

—Lo hiciste genial, como siempre.

—Gracias, hyung. —rió, se dio cuenta de que el mayor le dedicaba rápidas miradas a su nuevo amigo. —¡Oh! Él es Jungkook.

—Un gusto, Jungkook. Soy Yoongi, el mejor amigo de este idiota. —Soltó una risa cuando Jimin lo golpeó levemente en el brazo.

—Igualmente, hyung. —sonrió, mostrando unos dientes delanteros parecidos a los de un conejo.

«lindo».

                 
             
                 
                 
Yoongi soltó un quejido cuando Jimin le dio codazos en las costillas. Volteó a verlo con el ceño fruncio, dispuesto a quejarse pero en lugar de eso lo observó confundido al ver la mirada que le dedicaba.

—¿Qué? —preguntó. Su rostro poniéndose rojo cuando se dio cuenta de que lo había descubierto observando a Jungkook como si de una obra de arte de tratase. Rodó los ojos y apartó la vista. —Cállate.

Jimin rió y lo sacudió sin fuerza. —¡Hyung, te gusta Jungkook!

—¡No grites, idiota! —murmuró-gritó, le dedicó una rápida mirada a Jungkook, quien se encontraba a unos cuantos metros de ellos hablando con quién sabe quién.

—No nos va a escuchar. ¡Hyung, te gusta Jungkook! —repitió con una enorme sonrisa en su rostro.

Yoongi resopló y se cruzó de brazos. —No me gusta.

Claro que no le gustaba, apenas y lo conoció hace cuatro semanas, eso era muy poco tiempo para que te guste o te enamores de una persona, sin importar cuán bella y agradable sea ésta. Lo único que quería era conocer más profundo a Jungkook; como saber lo que le gusta, lo que no le gusta, qué estudia, qué hace en su tiempo libre, sus hobbies, su cumpleaños, por qué decidió mudarse, etcétera.

Pero, definitivamente, no le gustaba Jeon Jungkook.
                          

ARROMÁNTICO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora