¿Ángeles y demonios?

Prólogo.

Estaba en mi cama cuando mi madre entró a mi habitación para avisarme que la comida estaba lista.
Me tomé mi tiempo para levantarme, la noche anterior había sido muy confusa.

Comencé a bajar por la escalera de mi casa, me detuve en el momento me distraje viendo la ventana. Repentinamente vi una sombra pasar por el patio trasero, había mucha niebla afuera, demasiada.

En ese instante me agarraron escalofríos, pero pensé que sólo era producto de mi imaginación. Continué bajando por la escalera, esta vez más rápido, pero sin notarlo, caí sobre el suelo. No podía moverme, mi brazo izquierdo dolía tanto que tuve que contener las lágrimas. Había tropezado con algo.

Hice un esfuerzo por levantarme hasta que lo logré.

Me volteé para ver con qué había tropezado; di un grito ahogado, no podía creer lo que estaba viendo. Con desesperación y pánico fui corriendo en busca de mi madre.

Ella no estaba en la cocina, tampoco en la sala de estar, ni en el baño. Empecé a llamarla a gritos por toda la casa, pero no respondía, no sabía en que pensar, estaba fuera de control. Mi cuerpo temblaba de pies a cabeza y tenía un mal presentimiento.

Junté todas mis fuerzas y volví hacia la escalera para comprobar con lo que había tropezado era lo que yo pensaba, nuevamente sentí un frío dentro de mí, como si hubiese atravesado un fantasma.

Sí, ya estaba segura, lo estaba viendo con mis propios ojos. Estaba petrificada del miedo. Eso que estaba ahí era...