El Viaje a Casa

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-Ya te responderé todo cuando lleguemos a la casa, Beth querida.- dijo al notar que estaba abriendo mi boca para empezar a cuestionarla sobre mi vida.
Luego de esa única interrupción ninguna de las dos dijo nada aunque me moría por saber al menos mi edad. Hasta lo que iba ahora ni siquiera sabía los rasgos de mi cara al no tener un espejo a mano.

El viaje fue una eternidad, aunque me llamaron la atención las cantidades de casas abandonadas por las que pasamos. En una juraría ver a alguien cortando el pasto, pero es imposible.

-¿Y exactamente donde está la casa?- dije impaciente.
- Cariño no vamos ni cinco minutos de estar en viaje. ¿Tan largo se te hizo?- La miré extrañada ya que para mi habían pasado como ya cincuenta minutos o más desde que salimos.

Encontré un teléfono movil en mi mochila que como ya se me hizo costumbre encontrar pertenencias mías nuevas, lo tomé y me fijé la hora. - ¿cuatro y media? ¿Como cinco minutos se me hacen tan largos? Es imposible, estoy convencida de que subimos al auto hace casi una hora.- Pensé.

-¿Anne?- Le dije, y ella me dirigió una mirada rapida con un "¿si?"- ¿puede ser que tengas un espejo cerca?.
-Si, Bethie- Como odiaba que me diga así - en la cartera, dentro de un bolsillo. Agárralo.- Tomé la cartera y busqué dicho espejo. Lo encontré, y me encontré con media cara normal, una cara como debe ser, con unos ojos miel con unas grandes pestañas, debajo de estos un delineado no tan notorio negro, unos pómulos no tan marcados, pero lo suficiente para que se noten y unos labios medianos y rojos claro. Pero la otra mitad todo era diferente en mi, tenía cara esquelética, sangrante y sin tanta piel, estaba lastimada y atrás mío una persona demasiado pálida para seguir viva si se pone bajo el sol, tenía la piel arrugada y caida, lo que hacía parecer que solo era puro hueso. Parecía muerta.

Asustada dejé caer el espejo en mis piernas, ya no mostraba mi rostro. Miré para atrás y no había nadie, solo un asiento negro y vacío. Volví a fijar mi vista en la calle que teniamos por delante, ya no había casas abandonadas, ahora todo era campo con muy pocas casas y una carretera de por medio. Me percaté de que el espejo continuaba descansando en mis piernas así que tomé valor, lo tomé y lo coloqué en frente de mi rostro. Este ya no estaba divido a la mitad, estaban mis dos mitades del rostro iguales, dos ojos miel con grandes pestañas, unas cejas delgadas y largas, unos labios medianos y los pómulos marcados. Noté que en la mitad derecha que ahora había vuelto a la normalidad, tenía un piercing en la oreja y muy cerca del labio un lunar que daba la impresión de estar pintado a propósito. Pero de repente una voz interrumpió todo pensamiento alguno y el susto aumentó.

- Beth - Dijo una voz que no sabía de donde venía. Giré para todos lados y me di cuenta de qur Anne seguía concentrada en conducir. ¿Ella también habrá escuchado la voz?- Beth - dijo otra vez.- No confíes en ella, nada saldrá bien. - ¿Quién era? ¿Se refería a Anne? ¿Como que nada saldrá bien?, pero las preguntas se esfumaron cuando de un momento a otro sentí algo entre mis manos. Un papel.

"221 Smithfield al norte de Farringdog"

Leí la dirección no tan específica pero me di cuenta que nuestro destino era esa ciudad, cuando Anne dijo:
-Ya llegaremos a Farringdog cariño, nuestra calle está cerca de Smithfield, que es de donde salimos hace unos minutos.-

• • •

Llegamos a la casa y me quedé boquiabierta al ver semejante construcción solo para Anne y yo. Era una gran casa, de dos pisos con patio delantero y trasero muchisimo más grande que el anterior y en este ultimo una pileta gigante con agua cristalina. Adentro había un gran sillón en el centro de la habitación con un televisor gigante, en las paredes había muchos cuadros antiguos y en una pared un espejo que reflejaba toda la sala. Las escaleras daban a las dos habitaciones y la mía era rosa, con posters de artistas que no recordaba y un televisor un poco mas pequeño de la misma marca que el anterior, cerca de este había un escritorio con una computadora y al rededor unas hojas que debían ser tareas de la escuela.

-¿Te gusta? Lástima que no recuerdas nada de ellos -dijo señalando los
posters- Luego puedes buscar sobre ellos pero primero te explicaré todo si es que quieres.- dijo sentándose en una cama de dos plazas con una frazada rosa y blanca, golpeando suevemente a su costado para que me sentara allí con ella.

-Bien, preguntame todo lo que quieras que yo te responderé con sinceridad.- Asentí.

-¿Quien soy? ¿Quien eres? ¿Porqué no recuerdo nada? ¿Qué pasó conmigo?...- Fui interrumpida por la mujer al ver que la estaba atormentando a preguntas sin darle tiempo a responder.
-Tranquila, Beth, de a poco. Ahora preguntame de a una cosa a la vez. ¿Está bien?.

-Está bien. Entonces.... ¿Quien soy?- Al formular esa pregunta me di cuenta de que no tenía mucho sentido, pero debía empezar por algo ¿no es cierto?

- Tu nombre completo es Beth Williams, tienes dieciséis años, vas a la única escuela técnica de Farringdog, y la más cara, por cierto. Tus mejores amigas han estado muy preocupadas por ti estos días y...-No la dejé terminar al escuchar las palabras "estos días".

- ¿¡ESTOS DÍAS!? ¡¿CUANTO TIEMPO ESTUVE INCONSCIENTE?!- Dije alterada.

-Tranquila, Beth. Sólo dos días.- Dijo con tono pacífico. - Ahora puedes seguir con tu interrogatorio.

-¿Quién eres?

-Mi nombre es Anne Williams, soy tu madre y tu padre es Josh Williams que en este momento está en un viaje laboral. Yo soy ingeniera robótica y estoy trabajando en un proyecto para una persona muy importante que es una sorpresa que luego te contaré. ¿Algo más?- Me sonaba raro que no de tantos detalles de ella y solo de su estado laboral pero eso lo iba a saber más tarde.

-Si. -Dije. Probablemente esta iba a ser la pregunta más importante de todas que me ayudaría a saber que pasó conmigo estos días. - ¿Que pasó conmigo y porqué perdí la memoria?

Vinculada Con Los Muertos [#Wattys2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora