Capítulo 3: Jardín.

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La primera noche de Juuria no fue la mejor, pero tampoco la peor, por lo menos no tendría a su representante molestándola a primera hora de la mañana con charlas sin sentido y necesidad. Sabía sus horarios a la perfección, se levantaba a las siete de la mañana, ni un minuto más ni un minuto menos, y esa mañana le costo volver a dormir cuando se dio cuenta que no tenía nada que hacer en el día. 

Fuuto iría al instituto, ¿y ella? Ella se quedaría en casa seguramente viendo la televisión o viendo algún vídeo de chisme en su teléfono. Le daba curiosidad que pensaría la gente ahora que su paradero es de cierta manera "desconocido". Hasta hace dos días estaba en Broadway, probando el papel para Fantine para un musical, y ahora, nadie sabía si había sido rechazada o aceptada. 

Pero eso era harina de otro costal. 

La casa estaba silenciosa, según escucho, todos a esa hora ya estarían en sus trabajos, exceptuando a un par que seguramente o era su día libre o habían quemado su escuela y por ello no asistió. 

Cuando fue a la cocina a conseguir algo para beber, fregó algunos platos que estaban sucios. Le sorprendía que hubiese, ya que Fuuto le contó que normalmente Ukyo era bastante limpio y que su querida hermana era igual, o peor que él. 

—Una invitada no debería limpiar en su estadía—le dijo una voz tras de ella, sobresaltándola. 

Al ver la persona de la que se trataba, lo reconoció al instante, y sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal. 

Era Kaname, no conocía muchos detalles sobre él, pero le había dado ya suficientes razones para huir de su presencia cuando las cosas comenzarán a ponerse extrañas. Una patada en la entrepierna fue el consejo que le dio Fuuto la noche anterior si el rubio quería pasarse de listo. 

El plan B, era usar a la querida Sárten-chan de Ukyo. Pero eso ya era en un caso extremo. 

—Espero que hayas dormido bien, Ricchan—saludo el mayor —bastante mayor— pasando por su lado, con una extraña vestimenta para su gusto. 

— ¿Qué es usted? ¿Un exorcista?—bromeó Juuria, dándole un segundo sorbo a su vaso con agua. 

Kaname rió sin precipitarse, había perdido la cuenta de cuantas veces le habrían echo bromas sobre su aspecto. 

—Sí quieres que sea un exorcista, lo seré, pero si gustas, puedo ser el pastor que te conducirá a la perdición—y le guiñó el ojo. 

Cualquier chica se sonrojaría, incluso Ema hubiera reventado antes de que siquiera hubiera terminado, no obstante, lo único que sintió Juuria fue un desagradable escalofrío, el segundo escalofrío en presencia del monje. ¿Eso contaba como la típica frase de "una energía electrizante evitaba que dejáramos de vernos el uno al otro"?

Bueno, de ser así, evitaría a toda costa al monje pervertido y de una vez, a Tsubaka, mataría dos pájaros de un tiro... figurativamente. 

Después de huir tácticamente de Kanahentai —apodo que le concedió—, bajó las escaleras y entro a la primera puerta que encontró, o más bien, salió, ya que mágicamente apareció en el jardín. Vaya, ¿magia oscura? Comenzaba a sentirse poderosa, esa puerta quizás era un portal hacía otra dimensión ya que no terminaba de procesar como bajar al tercer piso y abrir una puerta al azar la llevó al jardín (N/A: He visto esto tantas veces en fanfics de BC que quería hacer algo con humor a las equivocaciones :v No sé si yo lo he echo porque no lo recuerdo, pero si lo hice me estaré burlando de mí misma en este instante xD).

No le sorprendió del todo que el jardín fuese tan bonito, es decir, ¡son ricos! Es tan necesario tener un bello jardín si eres rico como era necesario que el dióxido de carbono se convirtiera en oxigeno (N/A: Eloise presumiendo lo que le recalcaron en clase como diez veces, ¡gracias profe Pauly!). 

¡HISTORY! [Brothers Conflict] [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora