CAPÍTULO 4

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No podía creer que en un segundo de haber apartado la vista de Hye Jin, esta haya desaparecido, pensó que sería una mañana tranquila pero no podía estar más equivocada

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No podía creer que en un segundo de haber apartado la vista de Hye Jin, esta haya desaparecido, pensó que sería una mañana tranquila pero no podía estar más equivocada. Comenzó a asustarse cuando por más que buscaba no podía encontrar a su hija, así que empezó a gritar su nombre llamándola.

- HYE JIN, HYE JIN! - Su alma volvió a su cuerpo en cuanto la vió correr hasta ella.

La recibió con un abrazo y la llevó en seguida hasta un banco cerca para asegurarse que no estaba lastimada.

- estás bien, cariño? no te pasó nada? - revisaba detalladamente a la niña de pies a cabeza mientras preguntaba.

- estoy bien mamá.

- cómo se te ocurre hacerme algo así? estaba muy asustada.

- lo siento mucho mamá, comencé a seguir una mariposa y me perdí.

- también lo siento cariño, no debí distraerme ni por un segundo... Vamos a casa.

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Desde el domingo no ha podido olvidar a esa voz, pero es que realmente se parecía tanto, aunque seguramente su cabeza le estaba jugando algún tipo de broma, sin embargo le era imposible dejar de pensar, por qué demonios le era tan difícil? Se levantó de su silla y  se asomó a la ventana, tratando de desechar todos los recuerdos que recurrían a él como una tormenta desde que regresó a Seúl, el saberse tan cerca de ella lo lastimaba; más de una vez se encontró conduciendo por los lugares por donde años atrás la había visto, esperando qué? verla? para qué? ni el mismo lo sabía.

La puerta de su oficina se abrió y en seguida un perfume dulzón invadió sus fosas nasales, volteó a recibirla y fingió una sonrisa.

- hola hermoso! me extrañaste? - sin que él pueda evitarlo, enredó sus brazos a su cuello y lo besó.

- Mi Ran, qué haces aquí? - trató de no sonar grosero con la mujer que sería su esposa, pero parece que no funcionó.

- Por lo visto no.

- no es eso lo que quise decir, lo siento!

- te perdono, pero tienes que almorzar conmigo. 

- ahora es imposible, tengo una junta dentro de 5 minutos. - dijo a la vez que consultaba su reloj.

- por qué siempre eres tan duro conmigo? jamás tienes una sola palabra de cariño conmigo, a partir de ahora podrías llamarme preciosa!

- imposible, no te llamaré así. - No podía concebir la idea de llamar así a Mi Ran, sin embargo su respuesta, que fue dada de manera automática probablemente la haya lastimado.

- Joon...

- lo siento, no quise hablarte así... ahora tengo que irme, te llamaré en cuanto termine la junta!- se despidió de ella dándole un beso en la frente, pues realmente se sentía mal por la manera en la que le habló.

LÁGRIMAS DE ORQUÍDEA - Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora