Capitulo 7.

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Capitulo 7.

El frio llegaba hasta mis huesos, no puedo articular palabra por el chocar de mis dientes a causa del frio, mientras más cerca estoy el cuerpo me tiembla mas y no es solo por el bendito frio que hace aquí, es ella, ella tiene ese efecto en mi; el aire helado me abriga ahora que arrebate mi abrigo y lo coloque en sus hombros, es tan suave el pequeño roce de las yemas de mis dedos en su piel, es hermoso.

-“El viento, que sopla en muchas direcciones, nos hace perder la perspectiva del camino…”, leí eso hace tiempo y me estoy sorprendiendo justo ahora de poder recordarlo en mi estado actual.-Ella comenzó a hablar en cuanto me puse a su costado, no tenía idea de lo que hablaba.

-El viento nos llevara a donde debemos de estar.-Argumente.

-Mi viento parece una tormenta justo ahora.- Clavo su mirada en la oscuridad de la noche y sus ojos brillaron con el destello plateado de la luna.

-Las tormentas no son eternas.

-Nada es eterno, eso definitivamente es cierto.

-¡Hey ______ ahí estas, te he estado buscando!- Me gire a ver de dónde provenía la voz; era una chica alta, morena, quizá bronceada, cabello castaño y de unos ardientes ojos verdes, atractiva, demasiado atractiva.

-¿Natalie, sabes algo?, estoy ebria y muero de frio, pero el…-dijo señalándome con la mirada-…es un caballero, como ninguno que hayas conocido, ¡Ups!, tu no conoces caballeros.-Ella no estaba dentro de mis expectativas.

-Vamos cariño, no eres experta en esto, en cuanto me entere de quién te ha dejado beber tanto juro que esa persona tendrá una muerte lenta y dolorosa.-Dijo mientras tomaba del brazo de mi chica y lo colocaba alrededor de su cuello.

-Podría ayudar si me permites…-Ella asintió con la mirada y yo eleve a mi cenicienta en mis brazos-…a la princesa se le acabo el encanto.

-_________ no  suele beber así, no sabe controlarse, discúlpala.

Caminamos hacia el estacionamiento y ya estando ahí me ofrecí a llevarla a su hogar, no creí apropiado que la llevasen en motocicleta, aunque confesé que ese era su mejor atributo y que me tenía loco…

-¿Ella? ¿Motocicleta?, ¡Claro que no!, ella no anda en motocicleta, la motocicleta es mía.- Mis ojos se pusieron en blanco, lo sé aunque no me hubiese visto, no podría estar equivocándome de chica, mi cenicienta era la chica que tenía en brazos, la que con un solo roce me hizo sentir diferente, no era verdad, esta chica mentía.

-Pero yo la he visto a ella montando la motocicleta, tú debes de estar mintiendo.

-¿Por qué mentiría?, en todo caso ella es más simple, un auto y se acabo el problema.- Lanzo las llaves de un  Mustang 68, indicando el sitio donde estaba aparcado.

Conduje hasta la dirección que me asigno Natalie, no tenía ni una sola cosa que pronunciar, mi mente era un remolino enorme de pensamiento confusos que exigían ser aclarados.

-¿Quieres  salir conmigo?- No lo pensé solo lo arroje, en todo caso ella era la chica correcta.

-¡Guau!, tu pregunta ofende, pero claro, me encantaría.- Desearía tener el mismo entusiasmo que ella justo ahora.

-Bien, mañana a las cinco de la tarde paso por ti a tu trabajo, solo me pasas la dirección.

-Me parece bien; ahora cariño hacedme un favor; ayúdame con ella…-Dijo apuntando a la parte trasera del auto-…y otra cosa, ¿Podrías quedarte con ella un tiempo en lo que cobra sentido?, yo tengo que volver.

-Ella apenas me conoce, le daré un susto enorme cuando vea que ha llegado a casa con un desconocido.

-Yo saldré con un desconocido mañana y no estoy muriendo del miedo, vamos ella es como mi hermana.

-Bien, lo hare.

Baje de el asiento del copiloto y  recorrí el asiento hacia delante permitiéndome un mayor acceso hacia ella, la tome en brazos y la lleve hasta dentro de su apartamento, algo me dijo que ella no iba muy seguido con chicos a casa, las iradas de los vecinos aun despiertos se fijaron en mi pero decidí no prestar atención.

-13B, 13B, ¿Dónde carajo se encuentra el 13B?...- Pensé en voz alta, sin notar que estaba justo en mis narices-… ¡ahí estas 13B!

Gire la perilla lentamente mientras cuidaba que ninguna parte de su delicado cuerpo golpeara con algo, dos segundos después y ya estaba dentro,  ¿ahora qué?; fui directo a la cocina, luego de dejarla recostada en uno de los sofás, encendí luces por doquier, busque pero nada, esta chica nunca había bebido, al menos no parecía que lo hiciera, su botiquín no contenía nada contra la resaca pero por suerte yo estaba listo para esas cosas.

-Agua con espuma, el remedio para todo este mal…-Dije sentándome a un costado de ella, colocando sus piernas sobre las mías, pero ella no mostraba señales de vida.

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Ruido, alcohol, luces neón, ¿Qué demonios pasa con mi cabeza?, ahora mismo podría jurar que la segunda guerra civil estaba situada en mi cráneo; el techo: Familiar, muy familiar, ¿Dónde carajo estoy?, volteo a mi izquierda y todo parece familiar: mi apartamento, llegue sana y salva a mi hogar, ¡Mi madre!, ella debió de haber salido, si eso espero. Moví un poco mis piernas, ¡PERO CARAJO UN HOMBRE!

-¡Aaaahh!- Salte del sofá colocándome de pie sobre la mesa de centro de mi sala, y en un impulso automático tome la lámpara que estaba a mi costado apuntando al “Hombre”.

-¡Oye, espera, espera!, ¡TRANQUILA JODER!- Su tono no me gusta: Golpéalo.

-Bien, fue muy precipitado, ahora el está tirado inconsciente en mi suelo, esto quiere decir que: LO MATE, ¡Dios mío que hice!, ¡Despierta, despierta, JODER DESPIERTA!, juro que no te golpeare de nuevo si solo me das una señal de vida.- Golpeteé su cabeza con la pinta de mi pie tratando de despertarlo sin acercarme a él.

-Tus pies son suaves.- Sonrió, que significa eso: Golpéalo de nuevo; lo golpeé con mi pie.          

 -¿DEJARAS DE GOLPEARME?, si duele por si no sabias.

-¿Quién eres?, ¿Por qué estas en mi casa?, ¿Es mi casa cierto?- Me aleje lo mas que pude.

-Tranquila cenicienta, te traje a casa a salvo, por cierto,  linda camiseta.- Este hombre ha enloquecido.

-Me has quitado la ropa y me has colocado una nueva, eres un pervertido, llamare a la policía.

-Bien hazlo y diles que ayer conduje tu auto por tu propia decisión y que tú me brindaste las llaves de tu auto.

-¿Mi auto?, ¡Ha!, primer error, largo de mi casa.

-Bien me iré pero primero devuelve mi abrigo.

La fiesta, estaba helada y estaba llorando, el se acerco a mí y me cubrió del frio, realmente el no me había hecho daño alguno, el solo me ayudo.

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Siento haber tardado tanto pero aqui esta, cortito pero aqui esta.

Gracias a las que leen, comentan  y votan <3.

-Ale

Un flachazo de amor. (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora