Capitulo 8.
¿Has pensado alguna vez en la mínima posibilidad de pedir una disculpa a alguien a quien no sabes cómo pedírsela?, bueno eso es dilema grande para mí, este individuo piensa que tiene el control sobre mi incluso cuando sostengo una lámpara de acero inoxidable en mis manos; ha probado un punto: El no me teme. Igual no tiene por qué temerme, está aquí por esa razón, el no me teme y me trajo a casa después de una noche de “diversión”, el concepto de diversión pierde sentido después de todas las cosas que no logro recordar. ¡Pero qué carajo he hecho!
-¿Y bien?- Odio su mirada, la odio aun más que cualquier cosa que haya odiado antes, incluso mas que aquel prepotente tipo que arruino mi carrera.
-Bien, no se siquiera quien eres, ¿Cómo pretendes que recuerde el paradero de tu abrigo?
-Bueno, supongamos que lo llevaste puesto desde la fiesta hasta aquí, no puede haberse extraviado, te vigile toda la noche, ¿Qué has hecho con él?, si esto es alguna venganza por cualquier tontería que pienses que ocurrió aquí, yo te aseguro que no tiene sentido.
-Tenemos una situación tan absurda justo en este momento, pelear por un abrigo no tiene sentido y estoy de acuerdo con tu punto, pero por dios puedo conseguirte uno nuevo, solo sal de mi casa ahora.
-Necesito ese abrigo ahora, no puedo esperar, ni siquiera puedo aceptar otro.- Es terco e irracional, le conseguiré un abrigo nuevo y eso es aun mejor que uno viejo.
-Quiero acabar con esto solo vete.- Gire a su alrededor y caí al suelo, todo esto fue ridículo, mis pies se quedaron enredados en el cable de la lámpara (Mi instrumento de defensa personal).
-Te caíste.-Pero que observador resulto.
-Sí, lo note, ahora por favor sal de mi casa.
-No sin mi abrigo.-Se acomodo en mi sofá y cruzo brazos y piernas. Pero que irracional.
Casi el medio día, estaba lista para salir de casa pero él seguía plantado en mi sofá, no habíamos cruzado palabra alguna entre mi proceso de lucir mejor y mi desayuno; cruzamos miradas en cuanto salí de mi habitación, su mirada era penetrante pero tome mis llaves y entonces note que no eran exactamente las llaves de mi motocicleta.
-Dame mis llaves ahora mismo.-Ordene.
-¿De qué hablas?, esas son tus llaves o al menos esas son las que ayer me dio tu amiga, dijo que el auto era tuyo y que eras convencional. Aburrido.
-¿Perdon?
-Ahora resulta que aparte de inmadura y alcohólica, eres sorda.
-¡Oye!, no tienes derecho de estar en mi casa, ¡LARGO!
-Deberias llamar a la policía para arreglar este asunto de una vez.
-Sí, eso debería hacer y de una vez sacarte de mi casa, dios sabe cuántas cosas habrás hecho con mi cuerpo mientras dormía.
-Perdón pero esto no se trata de ti, yo simplemente te traje a casa y te cuide, solo pido una cosa a cambio…-Se levanto del sofá y camino hacia mí, tomo mi cintura y junto su frente con la mía-…quiero mi abrigo.-Susurro.
-Aleja tus manos de mi cuerpo.-Mi voz sonó rasposa, me había quedado sin ella y mi garganta no ayudaba mucho a disimular lo nerviosa que estaba.
-Bien, bien, bien…-se alejo y tomo su sombrero, no lo había notado hasta ahora, el traía consigo un sombrero-…me voy contigo a donde sea que vayas, no me alejare de ti hasta tener mi abrigo.
Estaba a punto de estallar en un grito que incluso despertaría al señor Millar que dormía toda la tarde y despertaba hasta el anochecer, estaba enfadada y mi paciencia se había agotado, ¿Qué coño piensa este tipo?
La perilla de la puerta principal giro y los dos volteamos a verla, Natalie empujo la puerta y entro en la sala de estar con una sonrisa de oreja a oreja.
-Ustedes dos no lucen contentos.-Nos examino.
-Dile que se largue, Natalie no quiero que siga en mi casa.
-Uh preciosa el ya se va, tenemos una cita y pretendo pasar el dia con el….-El estaba a punto de hablar pero Natalie no se lo permitió-…cariño se que dijiste que en mi hora de almuerzo pero pretendo pasar el dia paseando contigo y no acepto un no por respuesta.
-Saldrás con este animal…-dije señalándolo-… ¡Perfecto!, Natalie has caído bajo.
-Tu no eres tan civilizada como crees.- Su tono sarcástico sobresalía por casa palabra.
-¿Qué has dicho?, ¡TE QUIERO FUERA DE MI CASA AHORA MISMO!
-Preciosa, tranquila; veo que no han tenido un buen comienzo, siento tanto no haberte traido solo yo a casa, pero entiendes que en el estado en el que estabas, solo un hombre podía traerte hasta aquí y el se ofreció voluntariamente; pensé que eran amigos, los dos estaban tan entretenidos antes de que llegara por ti antes de salir de la fiesta.
-¿Amigos?, por dios Natalie, de este hombre primitivo no se puede esperar una amistad.
-Me amas, lo veo en tus ojos.-El me estaba sacando de quicio.
-Cariño si ella te amara estaría armando un circo solo de saber que saldremos juntos.
-No te amo, eres un imbécil; aquí el que me quiere eres tú, de no ser así no me explico tu insistencia de seguir aquí. Di que me quieres imbécil.
-¡Oye!, háblame bonito.- Pero que idiota sonó.
-¡Hey, hey!, ustedes dos tienen problemas existenciales, no pueden estar en un mismo espacio juntos, así que tu vienes conmigo…-Lo señalo-….y tu preciosa, deja de seducir a mi hombre.
-Es todo tuyo, créeme que no me interesa.
-Me amaras, incluso creo que ya lo hacer.
-Vamos señor autoestima alta deja de hablar o me pondré celosa de ella y ella no es quien para ponerme de celos.- Su gesto era una expresión que me decía que era poca cosa y que no podría provocar celos en nadie.
-Váyanse de una vez por favor.
-¡Ho ______!, me prestas tu auto, la moto me cansa por hoy.-Guiño un ojo y la confusión inundo mi rostro.
-¿Perdón?...-Ella dijo “Luego te explico” pero no emitió sonido alguno-…claro, las llaves están en la mesa del recibidor.
Salieron de mi casa y volteo a verme antes de cerrar la puerta y me mando un beso junto con un “Adiós preciosa” el cual tampoco emitió sonido.
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Tarde pero seguro, gracias por votar y por leer, ¡Ho! y las que comentan gracias.
-Ale
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Un flachazo de amor. (Bruno Mars)
Fiksi RemajaAl parecer el amor espera las peores situaciones para mostrar su potencial, pero ¿Que tan fuerte es tu amor?, ¿Estas dispuesto a superar una mentira o una traición?, esta es la historia de un amor inesperado y anhelado, necesario para respirar y pa...