Delirio

23 1 0
                                    

Me moría por besarlo, por fundir nuestros labios en uno de esos besos intensos que hacian que el mundo se disolviera a nuestro alrededor, pero no lo alcanzaba. No lograba romper la escasa distancia que nos separaba por mucho que apenas fueran algo más de un par de centímetros.

Él sonreía, sonreía justo frente a mí y yo me sentía incapaz de moverme. Trataba de alcanzarlo con mis brazos, pero estos ni se movían. Volvía a probar echar la cabeza hacia delante para besarlo, y de nuevo no lograba estirar el cuello. Me embargaba la angustia, y también el deseo, un deseo excitante y placentero.

- Shh - el sonido salió de entre sus labios provocandome un escalofrío y el susurro que lo siguió me hizo delirar - tranquila pequeña.

Angustia, deseo, excitación... Intentaba lanzarme hacia él, lo necesitaba, lo necesitaba en ese preciso instante y no podía ni moverme. Quería gritar, decirle que me estaba volviendo loca. Estaba ansiosa, y lo vi, movió sus manos y yo solo podia observar como lentamente acercaba su mano hacia mí.

Solo fue una caricia, las yemas de sus dedos rozaron suavemente mi labio inferior y un cosquilleo se instaló donde él había tocado mi piel.

Miraba sus ojos, sus labios y su mano alternativamente. Saltaba de una parte a otra con ansia. Él solo sonreía y me miraba a los ojos. Yo ardía, el fuego bramaba en mi interior y yo sentía como mi alma estaba desnuda frente a sus ojos, como yo estaba desnuda... Y lo estaba, completamente.

Su mano viajaba sin tocarme, viajaba al Sur y continuó viajando hasta que no pude seguirla con la mirada. Mis ojos se cerraron e inspiré una enorme bocanada de aire preparada para su tacto. La caricia llegó en mi vientre y descendía por mi cuerpo.

Una sensación electrizante y una enorme punzada de placer me recorrieron. Un profundo gemido salió de mi boca y abrí los ojos con fuerza mientras mi espalda se arqueaba.

Ahora, despierta, noté mi frente perlada de sudor y mis bragas empapadas. Suspiré y me quedé tirada en la cama sintiendo como el orgasmo que acababa de tener se alejaba lentamente.

Mar de escritos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora