El dibujo es tenue, o más bien ligero, pero irradia dulzura y felicidad.
Aún tenue, es conciso, tiene una razón, algo que lo lleva a donde está y lo deja estar.
Es la ligereza de una pluma, por la forma de dibujarse, una curva rápida y simple, mostrando solo y todo cuanto debe.
La dulzura se aprecia más arriba, en la forma de dirigirse hacia su objetivo de los dos discos de color y de centro negro.
La felicidad es casi única, una felicidad que nadie vive igual ni la revive de la misma forma.
El dibujo es una sonrisa en un rostro, de aquellas que se dibujan solas con el comienzo de un romance.
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Mar de escritos.
RandomPequeñas historias que deseo compartir y pensamientos quizá dignos de oir.