7. Control

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-Quiero vivir contigo.

Lo había tomado por sorpresa, y si, ahora estaba tan feliz que no le importaba nada. ¿Cómo podría rechazar la propuesta de Taemin? ¡El más que nadie sabía que el menor no lo hacía por interés!

Tenía miedo, que todas sus expectativas acerca de vivir con alguien se fueran al caño, pero al mismo tiempo quería estallar de la emoción por saber que Taemin quería llevar más a allá su relación. Aunque admitía que le daba un poco de miedo ir tan rápido, y estropear todo lo que estaba construyendo con Taemin.

Taemin se mordía el labio, y comenzó a hacer sonidos raros provenientes de su garganta.

-Tae, no quiero que hagas esto por lastima. -Taemin lo miró con extrañeza.-Sabes que he querido esto. Estar contigo en un lugar que considere mi hogar. –Pudo sentir las palmas de Taemin en su pecho.- Pero no quiero que te apresures por mi culpa.

-Claro que no.-aclaró el menor mientras veía el rostro opuesto con determinación.- Quiero hacerlo porque no me quiero alejarme de tu lado. –dijo con un tono de voz que derritió el corazón del moreno. -Pero tampoco quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti. Una persona en su sano juicio lo pensaría.

Taemin estaba loco si creía que pensaba eso.

-Me ofende que pienses eso.-Taemin bajó su mirada apenado.-Me encanta que tomes la iniciativa.

-Eso es...-pensó un rato Taemin.

-Por supuesto que también quiero que vivas conmigo, tonto.

...

Esperaba que todo estuviera saliendo bien, porque dentro de sí, sentía que Taemin no le quería decir que nadie mostraba interés en sus capacidades. Ese día, habían decidido que vivirían juntos (nada apresurado, solo dos personas que se quieren viviendo en una casa ¿Por qué sería malo?) y también habían decidido en ir por toda la ciudad buscando trabajo para Taemin.

El menor se había arrepentido por lo tosco que había sido en la mañana, pero Minho se merecía eso y mucho más. Nunca se arrepentiría de pegarle en el trasero a Minho después de que este, sin avisarle, llamara a Yunho exigiéndole un puesto a Taemin y con un salario digno.

¡Él no le rogaba a nadie para un puesto de trabajo!

Pero Minho siempre se creía el héroe de la historia, defendiéndolo de cualquiera. No era un bebe, pero le gustaba un poco la manera en cómo se preocupaba por su bienestar.

Aunque le gustaba más pegarle por trasero con su zapato para que dejara de ser tan gruñón con su propio jefe malhumorado.

En medio del desayuno, optaron por registrar los Centro de Salud más cercanos con vacantes disponibles para tener listo el mapa que ahora estaban utilizando en el auto de Taemin.

Estaba tan concentrado que no se dio cuenta que Minho había parqueado para salir y traer unas donas y unas malteadas.

-Vaya, que caballero-Taemin los recibió después de darle un beso en la mejilla a su chofer preferido.- ¿No acordamos que tendríamos los cuerpos de ensueño que viste en la revista de Calvin Klein?

-O eres feliz o eres modelo de Calvin Klein.-Minho dio un mordisco a su dona y luego beso al menor para que este lo recibiera.

Era demasiado comprometedor, tanto que Taemin casi se atora con el azúcar glas en solo pensar en los mil fetiches que Minho podría tener. Ahora que lo pensaba, no conocía ninguno y él era más que consiente que la comunicación en pareja se basaba en fortalecer diversos aspectos de la sexualidad.

Nuestra Segunda OportunidadWhere stories live. Discover now