Habían pasado tres meses desde que se había ido a vivir con Minho en su casa de ensueño. Para su sorpresa todo estaba fluyendo con total calma y naturalidad, porque no eran el típico estereotipo de pareja joven que creían en lo mejor para su "imagen" , por el contrario, disfrutaban desde jugar como dos inmaduros en el patio de la casa mientras lavaban el auto a disfrutar del cómo se entendían para cumplir sus más oscuras fantasías sexuales.
Creían que estaban corriendo con su relación, pero a pesar de todo se sentían cómodos y todo era perfecto. Para ellos el tiempo no determinaba cuanto deberían quererse.
Aunque todo estaba de maravilla, Taemin no sabía si era correcto iniciar con su nueva aventura de ser padres, pues a pesar de dejar un poco de lado y darle respiro al asunto, nunca soltaría su idea de iniciar el tratamiento, y eso lo hacia sentirse culpable, como si utilizara a Minho, y otra vez estaba sintiéndose como un completo idiota.
Esa mañana Luna lo había llamado para avisarle que estaban a dos horas de llegar. Si, los había invitado a quedarse con el permiso de Minho y así hablar de todo lo que necesitaba conversar con las personas que lo ayudaron a salir adelante. Después de colgar, el teléfono había sonado de nuevo, solo que esta vez no era la voz de Luna que se escuchaba al otro lado, era al de su hermana.
-¿Krystal?- dijo con asombro, con los ojos de Minho mirando con curiosidad desde la cocina.
-Taemin no sabes lo desesperada que estuve al saber que te habías perdido de la fas de la tierra ¿¡Por qué cambias tu numero!? Estuvimos muy preocupados ¿Qué paso?- gritó desde el otro lado de la línea con evidente estrés. Taemin solo se limitaba a alejar un poco la bocina de su oído.- Taemin, en serio, no vuelvas a hacer eso. Fue un milagro que pudiera encontrar a Sulli por Facebook y que me diera tu nuevo número. ¡Te has mudado a Gyeongju y no dijiste nada!
-...
-...
-¿Terminaste?-dijo al fin, exhalando de alivio ya que al parecer su hermana no sabía nada aun de todo su tormentoso año.
-Si. Lo siento, debes entenderme.-habló más tranquila.
Taemin susurró a Minho diciéndole que no se preocupara, que era su hermana histérica. Al parecer el moreno volvió a su tarea en la cocina y él se sentó en el sofá para escuchar los demás regaños que tenían preparados a él.
-Tuve problemas con las cuotas del apartamento y también estaban renovando personal en el Hospital. Kyuhyun encontró un contacto el cual podría darme trabajo aquí. No fue nada del otro mundo.
-Sé que te encanta andar de mochilero, Tae. Pero debes entender que es tedioso para nosotros estar de espías cada vez que te vas sin decir nada para mudarte al lugar más recóndito que te imaginas.
-No puedo evitarlo.-rio un poco- Por cierto, me alegra saber que están bien.
-No me gusta tu sarcasmo, pero si, incluso mis padres volvieron a vivir juntos. Ayer llegué para visitarlos, ahora están viviendo en Versalles. Tal parece que a papá lo trasladaron para acá y mamá no dudó en pedir un traslado.
-Me alegro por ustedes.
-Y por eso mismo te llamo.
-¿Qué?
-Taemin –suspiró con algo de miedo por lo directa que podría ser- Sabemos lo independiente que eres, lo dedicado que eres con tu trabajo y tus amigos. – Giró sus ojos con fastidio, ya se conocía ese discurso.-pero no puedo creer que no hayas confiado en tu familia para recibir apoyo. Tae, mis padres y yo hemos estado muy lejos, pero sabes que cada vez que has necesitado algo siempre hacemos lo posible por llegar a ti. Entonces, no entendemos por qué no dijiste nada.
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Nuestra Segunda Oportunidad
RomansaLee Taemin creía en el Príncipe Azul: En el hombre que diera su vida por él y con quien formaría la familia perfecta. Ese era su sueño. Estaba anotado en su diario, en sus pequeñas notas de celular. En todo. Sin embargo, un doloroso resultado y el...