Yurio se quedó despierto entrada la noche.
Él se había encargado de levantar todo el salón donde Viktor había “tomado” su cena.
Yuuri no había salido de su habitación después de lo sucedido así que estaba solo en la recepción de las aguas termales.
El computador estaba encendido con un mapa de Hasetsu y marcadores en el, pero la mente del rubio no se encontraba ahí, no, su mente estaba recordando la primera vez que llegó a Japón sin saber realmente que quería encontrar en ese lugar.
Jamás pensó que se encontraría con ese joven tímido que observaba el mundo a través de sus gafas de montura azul y sin nunca haber dejado Japón.
Observo el reloj, ya había pasado la media noche hacia poco más de una hora, pero el sueño no acudía a él, así que regreso su atención lo que tenía a la pantalla anotando en un bloc de notas que descansaba a un lado los lugares y horarios de atención de estos.
Pasados quince minutos y teniendo una lista considerable se levantó para ir por un vaso de leche a la cocina.
-Si sigues así mañana tendrás sueño todo el día – dijo mientras con los ojos cerrados hacia a un lado la cortinilla para entrar.
-Pero tengo hambre, no cene nada – le contesto una voz más que conocida.
Con sorpresa vio al japonés con la ropa del día aun y muy arrugada buscando en el refrigerador.
-Yuuri… - el rubio estaba sorprendido – te quedaste dormido después de entrar a tu habitación, ¿verdad?
Acomodándose sus gafas Yuuri se puso de pie con la garrafa de leche en la mano – sí, pero el hambre me despertó, además de que ni siquiera me cambie de ropa.
-Quiero leche – dijo Yurio sentándose a la mesa y mirando con una sonrisa a Yuuri, siempre sucedía lo mismo, si estaba preocupado por él cuando lo viera mejor esa sonrisa se reflejaría.
Yuuri sirvió dos vasos y le acerco uno al ruso que de inmediato le dio un generoso trago y que con el rabillo del ojo lo miraba fijamente.
-Tu no estarás contento solo con un vaso de leche – no era pregunta, lo conocía demasiado – más si dices que fue el hambre lo que te despertó.
-También lo fue el hecho de que aún no me cambiaba de ropa – quiso excusarse pero Yurio simplemente negó con la cabeza.
-Te preparare algo para que cenes – dijo terminando su leche y dejando el vaso vació en la mesa.
Aunque nunca lo admitiría el joven ruso adoraba cocinar para Yuuri, sabía que una de sus grandes pasiones era la comida, por eso cuando no podía dormir pasaba mucho tiempo leyendo recetas y tips para cocinar.
Claro el único que ha probado su comida era el japonés.
Cocinaba en silencio pero consciente que Yuuri tenía su mirada fija en él.
Yurio sentía que ese tipo de momentos eran los que marcaban su relación con el japonés, momentos inesperados, sin planear, que eran sencillos, cotidianos, pero tenían un alto significado.
-Toma – dijo el rubio dejando un plato en medio de la mesa, eran verduras salteadas con un poco de pollo, se había acostumbrado demasiado a la comida oriental y era de la que mejor le quedaba.
-Espero que te guste
-Tu comida siempre es deliciosa.
La sonrisa que llego hasta esos ojos enmarcados con la montura azul hizo que se ruborizara un poco – Dices eso porque sabes que si te quejas dejare de cocinarte.
Ambos rieron y Yuuri comenzó a comer.
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Hola
Se que tarde mucho en actualizar, el trabajo no me ha dejado.Espero no se les haya hecho un capitulo aburrido, si todo va bien actualizo de nuevo mañana o a mas tardar el lunes.
Ojala les guste.
Para quienes me preguntan si es YuYuu o Vikturi, la verdad ninguno de los dos, es una sorpresa jejejeje.
Su~~~
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No te alejes de mi
FanfictionYuuri Katsuki y Yuri Plisetsky son dos grandes amigos desde hace varios años, ambos trabajan en las termas de la familia Katsuki, pero esa amistad ha comenzado a tornarse en algo mas, Yuri Plisetsky llamado Yurio para diferenciarlo, ha desarrollado...