1. Yurio - Un nuevo huésped

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Dos amigos que además compartían el nombre.
Yuri Plisetsky, originario de Rusia que después de unas “vacaciones” en Japón había decidido extender su estancia ahí ya por casi cuatro años.
Yuri Katsuki, un joven japonés dos años mayor que Plisetsky, su familia dueña de las aguas termales donde el ruso se hospedaba y termino siendo su hogar.
Ambos se hicieron amigos y trabajan en las aguas termales.
Era difícil diferenciarlos cuando eran llamados por su nombre por lo cual la hermana del japonés opto por llamar Yurio al extranjero, apodo que hoy en día perdura.
Yurio al ser unos años menor que Yuri esto se notaba también en su estatura, sin embargo en diversas ocasiones pareciera que era Yurio el mayor y más maduro.
Yuri se encargaba algunas veces de la atención a los clientes pero Yurio era el que estaba más centrado en eso.
Cuando era temporada baja en las termas de la familia de Yuri por las noches tomaban un largo baño en el que pasaban platicando, Yurio hablaba de su natal Rusia, la cual quería volver a visitar algún día.
Yuri le contaba de cosas sobre Japón, que aún era un lugar que no conocía muy bien puesto que pocas veces salía del pueblo donde vivía.
 
-Ya lo sé – dijo de pronto Yurio con un gran entusiasmo – ahorraremos lo necesario y viajaremos por todo Japón para después hacer lo mismo en Rusia, me gustaría que ambos lo hiciéramos.
Yuri se limitó a sonreír, le agradaba la energía que tenía Yurio, tal vez esa era la razón por la cual se habían hecho amigos desde que el llego.
-Si – respondió con efusividad – lo haremos.
 
Los días pasaban y cada uno se veía con más energía, sin embargo era temporada baja y no había muchos clientes.
Yurio observaba como la mirada de Yuri estaba perdida en algún lugar lejos de ahí, su barbilla recargada sobre su palma extendida, sus lentes de armazón azul y gruesa habían resbalado un poco y estaban a la mitad del puente de su nariz dándole un aspecto aún más pensativo.
Vio como un suspiro salió de él sin poder detenerlo, pero su amigo japonés al parecer no se dio cuenta, se aclaró la garganta intentando llamar su atención encontrando su respuesta cuando su vista se dirigió a él.
-Yuri y si les decimos a tus padres que nos tomaremos el día libre? No hay clientes así que…
 
Sus palabras fueron interrumpidas por la campanilla de la puerta cuando fue abierta.
Un hombre joven aunque su cabello plateado pudiera indicar lo contrario entro con una sonrisa en su rostro sobresaltando a ambos jóvenes.
-Bienvenido – dijo Yuri enderezándose y apartando la vista de Yurio que hasta ese momento se percató del visitante, había perdido esta oportunidad.
- YA dumal, chto nikogda ne pridet (pensé que no llegaría nunca) – dijo el visitante, Yurio reconoció de inmediato el idioma de su país natal
-dobro pozhalovat' (bienvenido) – dijo de mala gana
Yuri miro a ambos dejando escapar un “qué?"
Al ver la perplejidad de este Yurio río un poco.
-Nuestro huésped es ruso.
-Nunca pensé encontrar otro vacacionista Ruso aquí.
-No soy vacacionista, vivo aquí.
La voz de Yurio estaba llena de cansancio y un desprecio escondido y al parecer irracional, se percató de ello, que le estaba pasando? Si era cierto que este visitante había arruinado los planes que por fin decidió llevar a cabo, pero trabajo era trabajo.
-Yuri lo atiendes, recordé que tenía que hacer unas cosas – dijo sin esperar respuesta y salió del lugar.
 
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Aquí llega el inició de esta historia
Se que el capitulo (y los posteriores) es corto, pero espero no tardar mucho en actualizar.
Quiero decirles que en esta historia no tienen ningún contacto con el patinaje.
La diferencia de edades la hice mas corta, Yuuri tiene 20 años y Yurio 18 (si lo hice legal :v)
Espero les haya gustado y pues aquí seguirá

Davai~~
Sunny

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