SHAKURA
Me quede pálida, no me podía creer lo que mis ojos estaban viendo, la sangre que cubría el salón era demasiado densa y se podía decir que reciente.
¿Pero de quién la sangre? Una alocada idea se hizo presente en mi, podía ser lo que estaba pensando, decidida, me di la vuelta y mire con seriedad a Mikaru, la cual miraba a todo con una sonrisa y murmurando en risas: "Las voces me hablan, quiere que vayas con ellas ¿puedo?"
-¿Mikaru? Cielo, ¿has echo un sacrificio sin que nosotras nos enteráramos?-pregunté con voz dulce.
Ella sonrió ampliamente, una sonrisa que me produjo un escalofrió.
-No, no e sido yo-dijo riéndose.
-¿Estas oyendo en este momento las voces?-preguntó Misa curiosa y con voz temblorosa.
-Dicen que diga que no-dijo ladeando la cabeza.
Antes de que pudiéramos decir nada, Mikaru, se acerco a la sangre y empezó a olfatearla. Mi hermana y yo nos miramos asustadas, a veces sus brotes eran tan fuertes que hacía cosas que no e esperabas, oler sangre, sacrificar a gatos en luna llena.
-Mikaru, vete a la cama a dormir-dijo Misa con voz suave.
-Esta sangre es de un gato-olisquea de nuevo-Es joven, tendrá un mes de vida, son los mejores para los ritos Satánicos-dijo sonriendo de oreja a oreja.
-¡Mikaru, vete a dormir!-dijo un poco más alto Misan.
Yo no dije nada, verla así, me mataba, a veces me asustaba que nos pudiera hacer algo, como matarnos o torturarnos, por esa misma razón cerrabamos las puertas con pestillo y las ventanas. Basicamente viviamos en un bucle infranqueable, nadie pasaba, y si pasaba, nadie salía.
-Voy-dijo cantando y dando saltos cantando una cancion bastante tretica para mi gusto.
Cuando se fue a su cuarto, Misa y yo suspiramos aliviadas, cuando se fue a dormir, sabíamos que en ese sitio estábamos segura nosotras y ella.
-Menos mal, que quitamos todos los objetos punzantes de su cuarto...¿te acuerdas cuando cogió el lápiz y se dedico a hacer símbolos satánicos en su cuarto?
Yo asentí, no hace menos de un año, cuando a mi hermana y a su brote le dieron por estar en la etapa de dibujar símbolos, en cualquier parte del lugar, ella solía decir que así los ángeles no podían entrar y no nos harían daño en nuestra casa. Pero gracias al Doctor: Tender, un gran psiquiátrica que había cogido cariño a Mika, ya que su trastorno era inusual, aplico una técnica, que consentía en seguirle el rollo, a tal punto que seguramente se cansaría tarde o temprano.
Pero se equivoco, ese problema fue a más, por eso mismo estuvo más de un mes ingresada en una clínica.
-Bueno, me voy a la cama, hoy a sido un día movidito-dijo Misa dirigiéndose a su cama.
-¿Y la sangre del suelo?-pregunté tapándome la nariz, ante el tufo que desprendía.
-Ya lo limpiamos mañana, total, mañana solo tenemos clase por la tarde, tenemos toda la mañana para recoger y limpiar la casa-dijo ella alzando la mano y haciéndome un gesto con la mano para quitarle importancia al asunto.
Asentí, en cierto modo tenia razón, el sueño era más fuerte de lo que pensaba y antes de que me diera cuenta estaba dormida en el sofá al lado de la sangre.
A la mañana siguiente, me levante observada, al abrir los ojos suspire aliviada cuando vi los cuatro pares ojos marrones me miraban con cierta duda.
-¿Qué pasa?-ante de que me diera cuenta me percate de que mi mano lucia roja.
Suspire resignada, al levantarme, me percate de que había tres gatos, mirándome con cierta curiosidad, mire a mis hermanas sin entender nada, pero al igual que yo, no sabían que hacían allí.
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OCÚLTATE
Fanfiction"NUNCA MIRES ATRÁS" Tres sacrificios, por culpa de una lealtad. Tres chicas huérfanas y curiosas. Una invitación extraña. Una mansión misteriosa en el bosque. Seis chicos misteriosos. Un misterió que resolver. Una carta que jamas llegara. Y un solo...