CAPÍTULO 3

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Mikaru

Shakura cogió rápidamente de su bolsillo el móvil y presionó un conjunto de números, seguramente estaría buscando transporte. Mi teoría se confirmó a los dos minutos cuando la escuché hablar a través del teléfono.

-Buenas, quisiera pedir un taxi para la calle 200N, nº24, por favor...Gracias.- De esta manera, Shakura concluyó la llamada. Justo cuando estábamos cogiendo algunas cosas para llevar con nosotras como mis velas negras (que no sé porque las tengo, pero me gustan y además tienen pinta de haber sido usadas. Si no las llevo encima no me siento completa, siento que algún día resultarán útiles y me dan buena sensación aunque sean negras). Misa por otro lado cogió su portátil (suele escribir sobre todo lo que ve y parece que le será útil cuando nos den información de mamá) y ya por último, Shakura cogió sus partituras de piano, para revisarlas de nuevo como hace cada dos horas. Normalmente, todas llevamos estas cosas, sino no somos nosotras, es nuestra huella de identidad, pero esta vez decidimos coger las maletas porque no sabíamos cuanto tiempo íbamos a estar allí.

-¡Venga, mover el culo!- Gritó Misa un poco acelerada.

-¿Por qué me gritas?- Empezó a sollozar Shakura.- ¡¿A que te grito yo?!- Volvió a hablar Shakura, esta vez con un tono más bien amenazador, había pasado de llorar al odio (muy típico).

-Ya voy chicas esperar que me termine de peinar, que una estrella como yo no puede ir por el mundo sin que la gente la admire.-Sentencié yo con cara triunfal (aunque no lo creyera ni yo). Pero les hizo gracia.

Avanzando por el pasillo hacia la entradita, de repente vislumbré algo gris que entró volando por la ventana del comedor y se había aproximado hasta el pasillo. Yo asustada salí corriendo hacia Misa y Shaku.

-¡Chicas, defender a vuestra reina, viene a por mi, socorrooooo!.- Me coloqué detrás de Misa. Seguidamente Shaku gritó y se colocó detrás de Misa también. Esta última se colocó en posición de combate.

-¡Hijas de puta, defenderos vosotras solitas!-Gritó Misa sin bajar la guardia mientras esa cosa voladora se acercaba. Se escuchaba su aleteo.

-Yo... yo... Lo intentaría, pero sólo tengo agilidad en las manos.- Dijo Shaku poniendo cara de niña pequeña.

-Dame un balón y me lo cargo, pero como no es el caso, te jodes y nos defiendes.-Le dije a Misa casi en un susurro esperando a que esa cosa no me escuchara y se diera cuenta de que estaba escondida detrás de Misa. Si se come a alguien, que sea a ella, que Shaku me da menos el follón.

A los 5 segundos apareció algo que parecía un pájaro... ¿Qué digo? ¡era un pájaro coño! Me di cuenta enseguida de que llevaba algo parecido a una carta en la boca.

-Fíjate, hemos vuelto a la prehistoria.-Dijo Misa riéndose.

-Pero no te estés quieta y coge la carta.-Dijo rápidamente Shaku.

-Por favor chicas, ya me encargo yo.- dije saliendo de detrás de Misa, riéndome al vez sus reacciones.

Me acerqué valientemente al pájaro y le cogí la carta del pico. Justo en ese momento el cabrón del pájaro me dio un picotazo y se largó. De repente empecé a perder la consciencia, y mi voz sin saber porque soltó de repente "Tu serás mi próximo sacrificio" Puta voz de mierda. Esta vez duró menos, o eso pensé. Cuando volví en mí había una estrella satánica en el suelo, de un salto me coloqué fuera de la misma. Mi hermana Shaku estaba temblando y Misa limpiando el suelo.

-Te odio, te odio, te odio...- Repetía Misa. Yo rodée los ojos y a la misma vez me puse a pensar que había pasado, pero no encontré respuesta, como siempre. Shaku dejó de temblar y se aproximó a la carta que estaba dentro de la media estrella que se vislumbraba en el suelo (puesto que la otra mitad ya estaba limpia).

Shaku abrió la carta y sonrió de repente.

-Chicas pegarle un grito al taxista y decirle que se largue.- Mandó Shaku. Me aproximé a la puerta y simplemente le dije "Vete por donde has venido" y me volví a meter en casa.

-¿Que coño pasa? Primero el suelo se ensucia y ahora coges y mandas al taxista a la mierda... Te voy a pegar un puñetazo.- Otro ataque de agresividad de Misa. Shaku la cogió cuando estaba  a mitad del salto y acabaron las dos en el suelo.

-¿Por qué has dicho que le diga eso?-Le dije a Shaku que aún se encontraba encima de Misa mientras ella pataleaba y pegaba puñetazos a nuestra maravillosa moqueta... Eso costará repararlo.

-Mira esto.- Y me lanzó la carta.

En ella decía: "Chicas decirle al taxista que se vaya por donde ha venido en 2 minutos tenéis una limusina en la puerta. Un beso preciosas, nos vemos en un rato". Y de repente se me vino a la cabeza una cosa.

-Shaku es genial que nos paguen el transporte y que además tengamos que ahorrarnos la posibilidad de que el taxista nos viole... pero... ¿no te has fijado que nos acaban de enviar una carta diciéndonos lo que ocurría en ese momento? Nos acaban de afirmar que nos espían, sino no sabrían lo del taxista.

Misa se levantó rápidamente del suelo, ya mas relajada y empezó a rebuscar por toda la casa (detrás de las cortinas, debajo de las camas, por encima de los muebles...) Las dos nos quedamos perplejas.

-¿Qué estás haciendo?- Dijimos Shaku y yo a la vez.

-¿Dónde están las putas cámaras? me los cargo, ya verás.-Dijo Misa un poco alterada.

-Me das miedo.-Puso cara de asustada Shaku.- Cómo no pares te mato, me estas asustando te repito.- Dijo ya cabreada (otro ataque bipolar). De repente empezó a reírse como una loca.- En realidad me hace hasta gracia que Misa busque por toda la casa como loca.- Dijo Shaku dirigiéndose a mi.

Ya un poco cansada, decidí apollarme en el marco de la puerta. De repente escuché una voz más dulce que las que normalmente suelo escuchar. Ella me decía: "No tardéis, os están esperando, pero tened cuidado, esas cosas no son de fiar, pero os ayudarán a obtener información y juntar piezas". De repente volví en mí y me dí cuenta de que estaba en el suelo y sin fuerzas. Sin embargo, algo me decía que tenía que hacerle caso a esa dulce voz. Así que me levanté y me dirigí hacia Shaku y Misa, les quité el portátil y las partituras y salí corriendo hacia la limusina que ya nos esperaba en la puerta, mientras corría pasé cerca del mueble de la entrada y cogí las llaves. En menos de un segundo estábamos las tres en la limusina aunque Misa y Shaku un poco fatigadas y enfadadas por correr detrás mía.

-¿Quién te ha mandado a recogernos?- Le preguntó Shaku al conductor, este no contestó.

-¿Cuanto tiempo lleva usted trabajando para ellos sr... Bolton.- Le dije al conductor una vez que vi la placa que colgaba del espejo del coche. Este me miró, no contestó y volvió la vista a la carretera.

-¿Está muy lejos?- Dijo Misa intentando que dijera algo. No contestó a eso, sin embargo lo escuchamos hablar

-Ya hemos llegado.- Dijo el conductor sonriéndonos.-Mucha suerte, os hará falta.

Un poco perturbadas salimos de la limusina y lo que vimos nos dejó completamente sorprendidas, delante nuestra se situaba una mansión inmensa decorada al estilo gótico. Aproximándonos a la puerta, las tres íbamos mirando todo lo que alcanazaba a nuestra vista.

-¡Aaaalaaaaa!- Gritamos las tres al unísono.

-Por favor, que haya un campo de fútbol y un balón de reglamento en estado para poder jugar al fútbol, por favor.-Supliqué mirando hacia todos lados en busca de mi deseo mientras nos acercábamos a la puerta de la mansión.

-Por favor, que haya un piano en la mansión o simplemente un espectáculo de música, por favor, por favor.-Dijo seguidamente Shaku mientras caminaba hacia la mansión con los ojos cerrados y con la cabeza levantada hacia el cielo, puede que esté rezándole a Dios, pensé en mis adentros mientras sonreía por haber pensado si quiera en esa opción, para nosotras no hay un Dios, hay una especie de karma que lo pone todo en su lugar.

-Por favor, que haya comida, por favor que haya comida.-Repitió mordiéndose el labio Misa.

Las tres comenzamos a reír al percatarnos de que solo eramos unas invitadas y que solo estaríamos aquí un par de horas como mucho. O eso creíamos. Después de recorrer un jardín que parecía eterno, llegamos a la puerta. Las tres nos quedamos quietas delante de la misma, algo nos decía que no debíamos entrar. Sin embargo, como llevada por un ente invisible, decidí aproximar la mano a la puerta con intención de llamar.

OCÚLTATEWhere stories live. Discover now