Los preparativos estaban casi listos, habían tenido que viajar a una ciudad donde el matrimonio homosexual fuera legal, por ende, los únicos presentes en el registro civil eran los padres de las chicas y sus testigos.
Roma llevaba un vestido sencillo banco, la falda de vestido era suelta y de la cintura hacia arriba de encaje. Su cabello adornado únicamente por la trenzan-diadema que su mamá la había hecho.
Julia, como era se esperarse, llevaba algo más al estilo de una princesa, con su vestido ligeramente parecido al de Roma, pero con los hombros descubiertos y la falda ligeramente más ampona.
Fue una ceremonia corta y sencilla, perfecta para las ya recién casadas.
