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-Tsuba ¿va todo bien? ¿Que tal fue la reunión? Te veo distinta, niña ¿Ha pasado algo?-pregunta mi abuela, por la noche, mientras cenamos.

-Si, todo va bien, la reunión no estuvo mal, no me ha pasado nada. Solo estoy un poco cansada, nada más. Ha sido un día raro. -le contesto-Esto... Voy a limpiar el pozo sagrado, vuelvo en seguida.

Salgo de la casa principal y voy por el camino que lleva al pozo. Mientras, voy pensando en la reunión de hoy. Estoy enfada, solo de pensar en el jefe que me ha tocado, el rarito que se parece a Jeff the killer. Más vale que mejore con el tiempo, por que no me veo capaz de soportarlo mucho tiempo.

De pronto oigo un sonido como de campanillas por el lado derecho del camino. Me empieza a latir el corazón muy rápido, y me pregunto si no serán imaginaciones mias. Por si acaso, acelero el paso. Oigo otra vez el ruido de campanillas, esta vez más fuerte. Una extraña presencia me empieza a atraer como un imán a través de la maleza hasta llegar a un pequeño claro, donde en el centro hay un objeto de color blanco brillante.

Me acerco sin quererlo, hasta que estoy justo delante. Ahora lo puedo ver con más claridad, es una libreta de color blanco, con unos extraños signos negros en la portada.

Como ya no siento ninguna presencia, me pregunto si debo coger el cuaderno o no. La verdad, me da un poco de miedo.

''Pero ¿Que digo? Es solo una libreta ¿Que puede pasarme?''

Sin pensarlo más, me agacho y cojo la en el momento en que mis dedos tocan la suave superficie blanca, noto algo extraño. Levanto la mirada y me veo de frente con... ¿un fantasma?

Se me escapa un grito y retrocedo unos pasos, con tan mala suerte que me caigo hacia atrás, todavía con el cuaderno en las manos. El espíritu se acerca a mi. De cerca, tiene forma humanoide, más parecido a una mujer que a un hombre.

Ahora sí que lo tengo cerca, justo encima. De hecho, ya ha cobrado una forma totalmente humana, de mujer. Largos mechones de plata le caen por la espalda, y unos ojos completamente negros me observan desde su fino rostro. A pesar de su apariencia fantasmal, hay algo de etéreo y delicado en...¿Ella?

-No temas-dice, con una voz suave y dulce-No he venido a hacerte daño.

-¿Q-quien eres? ¿Que quieres?-pregunto aterrada.

''¿Habré muerto y no me he dado cuenta?''

-Soy una de las diosas de la vida. Mi nombre es Taís, y ese es mi cuaderno de vida, la Resucitation Note.

-¿Eh? ¿Que tiene que ver esto conmigo?-sigo preguntando,confundida. Tengo que estar en un sueño, es la única explicación posible.

-Eres la nueva portadora de la libreta, una de las elegidas.

-¿Una elegida? ¿Por que?-estoy confundida, no sé que viene todo esto-Y ¿Significa que la Resucitation Note puede resucitar a cualquier persona?

-Haces demasiadas preguntas-Masculla Taís-Y si, el cuaderno puede resucitar a las personas, siempre que hallan muerto en un plazo de 10 días, y solo sirve una vez por persona.

-Vaya...

-Yo era la última guardiana del cuaderno, la última diosa a la que le perteneció. Ah, debes saber que cualquiera que use la Resucitation note será feliz, pase lo que pase. Al contrario que con la Death note, por ejemplo.

-Visto así, dan ganas de usarla.

-Pero cuidado, hay un límite de las personas a las que puedes resucitar. Al contrario que la Death note, la Resucitation note no es ilimitada, solo puedes resucitar a 20 personas, siempre y cuando no sean famosas, y tienes que tener en mente el rostro de la persona a la que deseas resucitar ¿Lo has entendido?

Esto me ha pillado por sorpresa, lo reconozco, pero ahora... La perspectiva de poder resucitar a personas me resulta, cuanto menos, interesante. De pronto, caigo en la cuenta de que ha nombrado algo llamado Death note. Voy a preguntarle, pero antes de que me de una oportunidad para hablar, continua.

-Ah, y una última cosa...

-Dime.

-No podrás resucitar a la persona que haya matado voluntariamente en su vida ¿vale? No se lo merece.

-Vale. Bien, de acuerdo.

-Bueno, pues eso ha sido todo, ahora ya puedes limpiar el pozo-canturrea alegremente.

Ay, es verdad, ni me he dado cuenta. Por primera vez, pienso en cuanto tiempo hace que estamos fuera. Guardo la libreta en uno de los bolsillos de la bata (que por suerte son anchos y grandes) y decido que voy a volver ya a casa.

-Ah, Tsuba ¿Ya lo has limpiado?-pregunta mi abuela. Parece que no ve a Taís, que está justo detrás de mi.

-Si, no estaba tan sucio como pensaba, después de todo. Esto, abuela, creo que me voy a dormir ya. Hasta mañana.

-Buenas noches, Tsubame.

Subo hasta mi habitación, situada en el segundo piso. Me quito el kimono que usamos para andar por casa, y me tumbo en mi cama. Taís se queda flotando a mi lado, observándome. A pesar de que me voy acostumbrando a su presencia, me siento un tanto incómoda. Para no verla, me giro y me quedo mirando la pared.

Lo último que pienso antes de caer rendida es...

...''Soy la diosa del Nuevo Mundo''...

Me río de la idea y me quedo dormida.

Death note, historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora