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-¿Qué?-pregunto alelada.

-Si lo que dices es verdad... y creo que lo es... Tengo que comprobarlo ¿no? nos servirá para el caso Kira.

-Está bien, solo... Disculpas adelantadas por mi abuela.

-¿Y eso?

-...Ya lo verás.

Al fin, llegamos hasta el templo.

-No sabía que vives en un templo dedicado a Amaterasu-comenta.

-En realidad no se usa. Es solo para conservarlo y para los turistas,ya sabes.

-Interesante ¿teneis onsen y todo? (un onsen es una fuente de aguas termales) Siempre quise probar uno.

-Ah-contesto, sin saber que decir- Pues, cuando quieras, puedes probarlo... También está abierto a visitantes.

-Estupendo.

Llamo al timbre y se abre la puerta y mi abuela salta hacía mi.

-Ah, Tsubame, ya estás aquí, ya te he preparado el onsen, tienes que lavarte y luego hay que preparar la cena y...-Se queda mirando a L-¿Y tu amigo es...?

-Ah, abuela, este es Riuzaky, mi jef...

-Soy un amigo-se adelanta L.

''¿Perdón?''

-¿Ah, si? Que bueno conocer a un amigo de mi nieta. No ha tenido muchos en su vida- MENTIRA -... ¿Te apetece probar nuestro onsen? ¿te quedas a cenar? ¿eres solo un amigo o...?

-Abuela, tengo que enseñarle una cosa para el trabajo-le interrumpo justo a tiempo.

-Claro querida, pero TIENE que probar nuestro onsen.

''Ay...''

-Vale, pero antes, el trabajo. Sube-le digo a L.

Cuando voy a subir al piso de arriba, mi abuela me toma del hombro y me acerca a ella.

-Oye, Tsuba, ese amigo... ¿seguro que es solo tu amigo, o...?-pregunta lo suficientemente alto como para que L lo oiga.

''Argggggg''

-¡Abuela!

-Perdón, hija, perdón, pero tiene su punto...

-¡Te lo dije!-salta Taís, que ha permanecido todo el rato calladita. Y podría haber seguido así.

''¿Las diosas no se supone que son sabias y serias? Esta parece una cría de 15 años''

-Me voy, no aguanto más-digo, medio en serio medio en broma.

Cuando llego a mi cuarto, cierro la puerta.

-Cuidado, no vaya a ser que tu abuela...-Dice L con una sonrisa en los labias.

-Ya te pedí disculpas antes-le corto.

-No se por qué, me ha caido muy bien ¿que tenias que enseñarme?

Voy hacía el armario, saco la llave del colgante y abro la puerta. Voy hasta el fondo y saco la Resucitation note.

-Esto es el cuaderno. Tienes que tocarlo para ver a Taís-le indico.

Siguiendo mis instrucciones, coge la libreta. Noto una corriente de energía. En unos segundos, L contempla boquiabierto a Taís, que está detrás de mi.

-Era verdad...-murmura. Si está impresionado o asustado, no lo deja entrever.

-Encantada, L-sonríe Taís.

-Igualmente. Bueno y... ¿que era lo que teníais que decirme?-Pues sí que se ha recobrado rápido del susto.

-¿Me tuteas?-salto sin poderlo evitar.

-Bueno, si quieres, llamame Ryuzaki. Matsuda lo hace.

-Yo no soy Matsuda.

-Ni falta que hace, Tsubame, ni falta que hace.

-Bueno ¿te lo cuento o no?

Y durante la media hora siguiente le contamos la historia. Al terminar, se queda pensativo.

-Shinigamis... así que existen realmente...-Parece que tiene...¿miedo?

-Lo sé, yo tampoco me lo creía al principio.

-Bueno, pues lo que vamos a hacer...

-Chicos, tengo el onsen preparado, ya os podeis lavar-interrumpe mi abuela, que ha aparecido de pronto.

-¿Nos? ¿los dos?-Pregunto sorprendida.

-Claro querida, si queremos cenar a nuestra hora... Además, hay una roca que separa en dos el espacio, así que sin problema.

''Pero bueno ¿Que mujer deja que su nieta se bañe con desconocidos?''

-Bien, pues vamos allá ¿no, Tsubame?-Pregunta L, que por una vez en la vida parece que está a punto de reírse en mi cara.

''Argggggg, Ok , si no hay más remedio...''

-De acuerdo, pero tú a tu parte y yo a la mía ¿estamos?

-Por supuesto.

''Dios, esto va a acabar mal...''

-Ni se te ocurra mirar-le suelto nada más pisar el jardín. Vamos los dos cubiertos con sendas toallas.

-Por favor, Tsubame, se supone que soy tu jefe, eso no estaría nada, nada bien.

-No te burles de mi-mascullo entre dientes-A ver, tu te quedas a este lado y yo me voy al otro. Pase lo que pase, no te acerques.

L se queda ahí mientras yo me voy a mi lado de estanque y me sumerjo poco a poco, hasta que solo mi cabeza queda fuera.

-Por cierto, Tsubam...-dice asomandose.

-¡NO MIRES! ¡PERVERTIDO!-Chillo tapándome con los brazos.

-Uy-y se vuelve a su lado.

''Algún día me lo cargo. Luego lo resucitaré con el cuaderno y lo volveré a matar''

Me quedo dentro del onsen hasta que noto que mi frente se cubre de gotitas de sudor, señal de que es hora de salir.

-Eh, Riuzaky, voy a salir, no mires-le ordeno.

-¿Yo mirar? ¿Que opinión tienes de mi?

Pongo los ojos en blanco y salgo del onsen. Voy a las toallas. Me envuelvo en una y subo a mi cuarto. Allí me pongo el kimono que uso para andar por casa y luego bajo a la cocina, donde está mi abuela. Sin decir nada, me pongo a picar verduras para la cena.

Al rato viene L.

-Ah, Riuzaky, justo ibamos a cenar ¿vienes?-pregunta mi abuela.

''No''

-Claro, por que no.

''Mierda''

Paso toda la cena oyendo a mi abuela parlotear, intentando centrarme en su charla, pero lo único que veo es a L con cara de concentración comiendo dulces y de cuclillas en la silla.

''¿no es incómodo sentarse así? ¿como es que no le da un shock diabético?''

Al fin acaba la cena eterna, y acompaño a L hasta la por el porche, que aún está mojado por el baño en el onsen.

Estoy tan inmersa en mi mente que no miro por donde piso y acabo resbalando. Cierro los ojos, preparándome mentalmente para el golpe, pero noto como algo me frena. Abro los ojos y me encuentro con la cara de L a pocos centímetros de la mía. Me pongo roja y me incorporo rápidamente.

-Gracias-digo precipitadamente, aún ruborizada.

-No hay de qué. He pasado un rato fantástico, te veo en el trabajo.

-Claro, adiós-balbuceo.

''No entiendo nada''

Death note, historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora