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No es buena idea. En menos de tres segundos tengo media docena de armas apuntando hacía mi.

-Baja el arma, Hanari-ordena Mello.

-Escúchame, niñato-mascullo entre dientes-Te diré lo que necesites saber cuando estemos tú y yo sin nadie más y yo tenga a mi hija.

-¿Ma-mamá?-pregunta Aiko asustada. Mi pobre niña...

-Tranquila, Aiko. No pasa nada-le sonrío.

Mello se nos queda mirando, al tiempo que desenvuelve una chocolatina.

-Está bien-dice-dejadnos solos-ordena.

Bajo el arma. Cuando estamos los tres solos, Aiko corre hacia mi. La abrazo y me acerco a Mello.

-Bueno ¿Qué quería s?-pregunto impaciente.

-Detalles. La carta que te dio L, lo que te dijo Near de mi, lo que de contó L de su vida, esas cosas...

-Bien. Primero, esta es la carta que me dio L. La llevaba guardada. Como ves, está todo lo que te dije hace un rato.

Mello lee la carta.

-O sea que ¿La niña esta es vuestra hija?-pregunta.

-Near preguntó casi lo mismo. Y sí. Es nuestra hija-bufo.

-Ya veo... ¿Y que te contó Near de mi?

-No gran cosa. Solo que te habías unido a la mafia y que también vas detrás de Kira. Por eso el asunto de la libreta. Ah, y que te va el rollo gótico punk-. Añado.

-Y por último ¿Qué te contó L de su vida?-pregunta mordiendo la chocolatina.

-Me contó su historia con BB. El por qué oía las campanadas.Que le salvó su vida a Near. Y más cosas.

-Yo fui el primero al que le contó la historia de BB. No es nuevo.

-Pues eso es todo. Y ahora ¿Nos podemos ir ya, por favor?-pregunto con retintín.

-Sabéis demasiado. No puedo dejaros ir.

-¿Perdona? Claro que nos vamos. Tengo trabajo que hacer.

-No puedo dejaros ir sabiendo que tenemos la Death note en nuestro poder.

-¡Eso ya se sabe! ¡Nos la acabas de quitar! ¿Qué voy a decirle al resto?

-Precaución.

Se me ocurre algo, pero no se si servirá...

-Mira, Mello... Prometo que si nos dejas marchar sanas y salvas, te serviré de espía-propongo.

-No sé yo...

Me harto. Decido usar otra cosa. Una de las mejores cosas que te da el sexto sentido es el poder de ver los nombres de las personas y los años que les quedan de vida. Y ahora estoy enfrente de Mello, leyendo una y otra vez su nombre, que aparece grabado en su frente con grandes letras plateadas.

-Mira, Mello, no intentes negarte. Sé cual es tu verdadero nombre, así que no te servirá de nada esconderte. Podría decírselo al segundo Kira, cosa que acabaría con tu estúpida y miserable vida...¿Cambiaste de opinión? Te advierto que conmigo la Death note no funciona. Prueba si quieres.

Y es que Taís ya me dijo que a las portadoras de la Resucitation note no les afectaba la Death note. Y a la inversa. Y a mi hija tampoco le pasará nada. Su apellido no es Hanari, ni Roraito. Se llama Aiko Lawliet, por pura precaución.

Se nota que se lo piensa.

-¿Espía? Sería buena idea... ¿Pero como lo harías?-pregunta mordiendo otra vez el chocolate.

-Te puedo llamar. O enviar correos. A otro usuario, o con un nick falso. Algo así.

-Bueno, podría hacerse... Bien, le enviarás los correos a Matt. Él se encarga de estas cosas.

''¿Matt?''

-De acuerdo, lo haremos así-decide-Pero tendrás que darme información diaria, aparte de mantenerme al tanto de todos los pasos de Light ¿Podrás?

-Pues claro ¿Nos podemos ir ya, por favor?

-Si. Estate atenta, Hanari. Pronto enviaré a Matt a Japón. Te lo haré saber.

-Bien, pues adiós.

Mello llama a uno de sus compinches, que nos lleva a Aiko y a mi a una salida. No me entero de por donde se sale, porque nos vendan los ojos.

Al final salimos de la base, y nos llevan, aún vendadas, hasta el aeropuerto. Cuando llegamos ahí, nos destapan y el tipo nos da unos billetes para Japón.

-Buena suerte, Hanari. Te recuerdo que a la menor infracción, usaremos la Death note-avisa.

-Que amable, gracias por avisar. Nos vemos.-Digo fríamente.

Ya en el avión, hablo con Aiko, que no ha hablado en todo el viaje.

-Aiko ¿Te han hecho algo? ¿Estas bien?-pregunto inquieta.

-No, mami. Solo me llevaron a una habitación y me preguntaron cosas.

-¿Q-qué clase de cosas?

-Que quien es mi papá, en qué trabajas, y cosas así.

-¿Pero no te han hecho daño? ¿Que les dijiste?

-No me hicieron nada. Incluso me han dado dulces. Y solo les dije que no tengo papá y que tu trabajas siendo mamá.

''Ah, que tierno''

-¿Solo eso?-pregunto aliviada.

-Sí.

Me dejo caer contra el asiento, ya más tranquila. Al fin llegamos a Japón, y nos dirigimos inmediatamente a casa. Nos abre mi abuela, angustiada.

-Gracias a Dios... -suspira- Creí que no os volvería a ver. A ninguna ¿Os han hecho algo?

-No, abuela, tranquila. Pero ahora tengo que hacer un par de cosillas para el trabajo.

Dejo a Aiko con mi abuela y suba a mi habitación, preparándome para decirle a Near todo lo que ha pasado con Mello.

Death note, historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora