|•¡Tienes que volver a la normalidad!•|

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El centro de la ciudad estaba completamente desértico, ningún alma se podía presenciar por las calles que ahora parecían escalofriantes, unos golpeteos se escuchaban haciendo eco provenientes de una rubia que caminaba tranquilamente observando su alrededor con un gesto de total neutralidad.

Serena detuvo su andar y miró de reojo hacia su derecha donde Zafiro apareció a su lado.

—Vaya que se ve hermosa, señorita Moon —comentó él con coquetería.

—Esas cursilerías de halagos no van conmigo, Zafiro —le dijo ella con seriedad para después continuar su camino con Zafiro siguiéndole el paso —ya sabes lo que debes hacer, termina el trabajo, quiero que cada rincón quede como está este lugar ahora.

—Por supuesto, señorita Moon —aseguró él con una sonrisa pero miro de reojo a una dirección —pero creo que antes tenemos un asunto —comentó mientras unos pasos apresurados se escuchaban llegar desde la espalda de la rubia —tenemos algunos acompañantes —agregó.

—¿¡Quién diablos eres tú?! —Cuestionó Sailor Venus a la figura que les daba la espalda.

—¡¿Ustedes hicieron esto?! —Cuestionó igualmente Sailor Júpiter —¡Respondan! —Exigió.

—Yo no puedo llevarme ese mérito —dijo Zafiro con una sonrisa dirigiendo su mirada a Serena —más bien es de la señorita Moon —agregó confundiéndolos, entonces la chica que les daba la espalda comenzó a darse la vuelta con lentitud y elegancia hacia ellos hasta quedar finalmente cara a cara provocando que las Sailor y Tuxedo Mask empalidecieran al reconocer a la chica.

—No puede ser... —Susurró Sailor Neptune sintiendo una opresión en su pecho.

—Se-Serena... —Murmuró Sailor Mars en shock.

—¡Es imposible! —Exclamó Tuxedo Mask desesperado —¡No puedes ser ella! —El pelinegro observó a la rubia quién le veía con frialdad, Zafiro se preparó para ir contra ellos pero la mano de Serena lo detuvo estirándola frente a él quien se detuvo.

—Tú sólo cumple con lo que te ordené, yo me encargaré de ellos —dijo la rubia con seriedad a lo que Zafiro hizo una reverencia para después desaparecer, entonces ella dirigió su mirada al resto de ellos y una sonrisa ladina se dibujó en su rostro —¿Acaso les sorprende demasiado el repentino cambio? —Preguntó con cierta ironía.

—Esta no eres tú, Serena —dijo Sailor Mercury con preocupación —por favor, deja que te ayudemos.

—¿Ustedes? ¿Ayudarme? —Cuestionó para después soltar una risa burlona —ustedes no conocen el significado de esas palabras, Mercury —le refutó con seriedad para después golpear su cetro contra el suelo haciendo que varias sombras emergieran del suelo rodeándolos —no podrían ayudar a alguien que abandonaron y juzgaron, no era la primera ves que lo hacían ¿cuántas veces han pisoteado a Serena Tsukino? —Preguntó con frialdad. —Ahora soy la señorita Moon, portadora de Caos y la oscuridad, cada semilla estelar será arrebatada por mi, todo lo que es doloroso desaparecerá, yo haré que eso suceda.

—¡Por favor, princesa! —Le gritó Sailor Pluto con desespero —¡Escuche las palabras que dice! ¡Usted no es una persona de ese tipo!

—¡Por favor, se que estás ahí! ¡Mamá Serena! —Exclamó Sailor Saturn con lágrimas en los ojos mientras mantenía un campo de fuerza que evitaba que algunas de las sombras la atacaran.

—Ella ya no existe, su corazón dejo de latir —susurró Serena con una mirada sombría mientras una energía oscura se desprendía de su cuerpo dándole más poder a las sombras —¡Ustedes condenaron a Serena Tsukino! ¡Ella estaba luchando sola! ¡Ella tenía miedo! ¡Ella estaba desesperada por poder lidiar con la oscuridad en su cuerpo! ¡¿Y qué hicieron ustedes?! ¡La juzgaron! ¡La criticaron! —Les gritó furiosa.

El Caos Que Me Atormenta [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora