Día 4.

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Esa noche también nos quedamos a dormir.

Mis primos César, Ernesto, Graciela y yo.

Parecía que en esa clínica nadie tenía compasión. ¡Me estaba muriendo del frío!

Graciela se acostó en el suelo junto a mi primo César.

Él se alejó.

·Lágrimas Masoquistas·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora