Día 14.

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Nuevamente están discutiendo. Los oigo desde aquí de mi habitación. Y créanme que es fácil escuchar, y aún más si están gritando.

Graciela le está gritando a César. Dice que está cansada de que mi primo no le preste atención.

Dos horas después, bajé.

Graciela se encontraba ahí en medio de la oscuridad en la cocina.

Llorando.

Otra vez.

Ya he perdido la cuenta de cuántas lágrimas ha derramado.

En un mes.

·Lágrimas Masoquistas·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora