Día 37.

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Graciela, creo que habías soportado más de lo que cualquier persona habría aguantado. Incluso yo, estando en tu lugar habría mandado a César a la mierda en el momento en que se empezó a comportar odioso.

No puedo decirte que comprendo tu situación, sólo tengo dieciocho años. No sé que es ese amor... o esa obsesión que adquiriste. Conozco el amor de hermanos, el de padres, el de familia... no el que tú sentiste.

Te has ido llorando a mares, con tus cosas en mano, con el corazón roto. Y la verdad, no encuentro que decirte. ¿Recuerdas una de las tantas cosas que te dije al principio?

"Aceptamos el amor que creemos conocer".

Te cité la línea de uno de mis libros favoritos, porque coincidía tanto contigo... ciertamente estamos destinados a tantas cosas.

Pero uno escoge el camino, uno es el dueño de su propio destino.

Pero no perdiste a nadie, Graciela. Sólo te has desprendido de alguien a quién no necesitabas en tu vida.

·Lágrimas Masoquistas·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora