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#HolaMeQuieroMorir

Miro mi reflejo en el espejo del baño mientras cambio de ángulo intentando encontrar el menos horrible

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Miro mi reflejo en el espejo del baño mientras cambio de ángulo intentando encontrar el menos horrible.

Oh dios, ¿es posible ser más fea?

Bajo la cabeza y me echo agua en el rostro para ver si mejoro. Vuelvo a mirarme en el espejo, no, sigo igual de fea.

Apunto hacia mi reflejo con reproche.

— ¡Despierta, Emily! Deja esa expresión cansada, sonríe, y vamos para el...—me detengo abruptamente cuando noto que alguien me observa.

Y no cualquier alguien, es él, Jean.

Mi cerebro suelta lo primero que cree conveniente.

—Baño de chicas.

Parecen pasar horas antes de que él responda.

—Sí —hace un pausa que siento eterna—. Lo siento.

Jean se da la vuelta y se va, y... demonios, ¿qué acaba de pasar?

Me alejo de este espejo del mal que sólo trae desgracias.

Odio los espejos.

Asomo mi cabeza por la puerta del baño para ver que Jean no esté cerca. Cuando verifico que ya no está salgo rápidamente antes de toparme con él y morir de vergüenza.

Con suerte llego hasta el salón y tengo tiempo de organizarme antes que suene el timbre.

Por si no me ha quedado claro que este no es mi día, la vida me lo recuerda una vez más.

—Miren a quién tenemos aquí, pero si es Emily Newman, cuéntanos Emily, ¿cómo pasarás deportes ahora que despidieron al profesor Dickson y ya no te puedes acostar con él para que te pase la materia?

Esa es —como siempre— la cálida bienvenida que me da Shanon.

La ignoro, no importa cuántas veces desmienta sus acusasiones, siempre le creen a ella, así que qué más da, no perderé el tiempo.

Este es mi último año, pronto acabará, faltará uno más y no las volveré a ver, a ninguna de estas personas, así que no vale la pena gastar mi energía.

—Parece que di en el clavo, ¿no es así?

Sus secuaces, o bueno, sus amigas como ella prefiere llamarlas, se ríen con sus comentarios.

Poco a poco el salón comienza a llenarse y veo la desgracia aproximándose.

Estoy cansada.

— ¡Tengo una idea, chicas! —exclama Karol y me mira con malicia—, ¿por qué no jugamos a las entrevistas?

Seguido de eso se acerca a Jean.

—Dinos John, ¿cuántas veces te tuvo que rogar Emily para que la beses?

Los besos de Emily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora